UNO

10.8K 528 147
                                    

La paz ha regresado desde aquél enfrentamiento en el cuál el destino de Konoha estuvo a la borda. En esos momentos dónde mi mente cobró voluntad propia e incluso perdí el conocimiento. Me fui envuelto en ese chakra tan poderoso que antes consideré mi maldición.

Gente que perdió la vida, casas destruidas y un sin fin de calamidades. Solo sentí que pude haber muerto en ese momento. Suspirar una última vez y decirle adiós a todo lo que había logrado, pero no lo hice.

Mis manos se encontraban clavadas con barrotes en la tierra. Mi cuerpo estaba totalmente inmovilizado por el frío metal que me rodeaba. Mis ojos observaban al sujeto que había causado tanta destrucción en tan poco tiempo.

Su mirada era fría casi sin vida. Incluso muerta, a pesar de poseer el rineegan.

Si moría, pensé en un momento que estaría reunido con ero-sennin, y poder tal vez despedirse de él, cosa que no pude hacer antes.

Cerré mis ojos fuertemente para esperar el remate final y despedir todo lo que he conocido. Hasta que apareció ella.

Una silueta lila y blanca apareció opacando la luz del sol de aquella tarde.

No podía ver con claridad en ese instante, incluso pensé que podía tratarse de un enemigo más, alguien con quien no tendría oportunidad.

Pero era ella.

Hyuga Hinata estaba justo frente a mi. Su cuerpo que antes estaba tembloroso ahora lucia decidido. La chica más tímida y educada fue la única que piso el campo de batalla esa vez, una heredera que tenía un clan el cuál tenía que cuidar.

Estaba aquí protegiendome.

Pero Pain, el ninja renegado de la aldea de la lluvia no veía la tenacidad que la chica tuvo ese día, él la vio como un vil insecto a quien aplastar.

—No dejare que le hagas más daño a naruto-kun. — dijo Hyuga Hinata con voz fuerte.

—¡¡Aléjate de aquí!! Tú no puedes hacer nada en este lugar, no te pongas en peligro— grité con las pocas fuerzas que me quedaban, el fierro estaba incluso perforando me los pulmones.

Pero ella seguía ahí, como si estuviera realmente de lo que hacía. Pero aún así yo no entendía nada.

 —Yo estoy aquí porque quise, esta vez.. Voy a salvarte naruto, tu me ayudaste a encontrar mi camino ninja... —

—Siempre te he perseguido, He tratado de igualarte. Quiero estar a tu lado siempre. Tu sonrisa fue la que me salvo. Es por eso que no temo morir, aunque sea para protegerte a ti... Porque ¡ TE AMO NARUTO!

El viento sopló moviendo el azulado cabello de Hinata, quien después trató de liberarme de las barras de acero, pero Pain quien al ver todo eso la golpeó a tal grado de casi matarla.

— ¿Porque te esfuerzas tanto si sabe que va a morir? — preguntó Pain confundido.

Hinata sigue de pie a pesar de todo. “por favor para” pienso en aquel momento. Podía sentir su chakra y no era mucha. Si seguía así ella podría...

— Sostengo lo que digo, porque ese es mi camino ninja. —

Después de estas palabras pain la manda a volar y cuando cae la atraviesa con una barra de chakra. Al verla ahí, tirada en el suelo, algo dentro de mi, algo que no sabría como explicar estalló. Pero al verla sangrar supe que ya no tendría control de mi mismo.


...

Cuando desperté de mi trance, recordé lo que había pasado. Pain había sido destruido y la aldea al fin estaba a salvo.

Se había acabado todo.

Busqué en todos lados a Hinata pero no podía localizarla por ningún lado. Sakura-chan se acercó a mi lado y me abrazó, mi amiga había llorado por todo lo que había pasado y la entendía. Pero ya no más.

— ¿Y Hinata? — fue lo único que pregunté.

— Descuida, acabo de llevarla a la zona médica, tuvo sebero daño pero está bien. Ella es fuerte. —

Asentí, claro que era fuerte. Pero no tanto para enfrentar a tal enemigo.

— Vamos Naruto, tienes que ir tú también, has sido fuertemente lastimado.

...

Desde aquél día ya han pasado tres meses. La aldea se encontraba en construcción debido a los ataques. Cada shinobi tenía una labor estando en misión o no, pero el que tenía más era el capitán Yamato, quien era el encargado de la madera para la construcción.

Acababa de comer en Ichiraku Ramen, aún me encontraba en observaciones y no podía incluso ir a misiones. Estaba aburrido y me sentía un inútil.

También había pasado un rato desde que no veía con frecuencia a Sakura-Chan, pero estaba tan ocupada en el hospital reconstruido que era inevitable no entenderla. Así que mi única compañía era Sai.

Mientras caminaba pude ver esa silueta que reconocería en cualquier lugar desde aquel día. Era Hinata quien caminaba sola en la aldea. Desde ya hace una semanas me ponía nervioso al verla, pero aún así me acercaba a saludarla, hoy no era la excepción.

— ¡Hola Hinata-chan! — saludé cómo de costumbre.

Y ahí estaba otra vez. Desde hace semanas que ella agachaba la mirada. Lucia cómo si no quisiera verme, a comparación de sus compañeros a quienes lo hacía totalmente diferente.

— Hola Naruto-kun. Buenos días. —

— Ey Hinata, ¿te gustaría comer ramen conmigo? Acabo de ir, pero con gusto te acompaño.

— L-lo siento, pero tengo cosas que hacer. —

La Hyuga se disculpó y se fue. Esto se había vuelto una rutina y comenzaba a cansarme. Pues no sabía lo que pasaba. La vi marcharse una vez más para luego irme a buscar a Sai.

Obsesión - NaruhinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora