capitulo 9

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Una fuerza muy importante.

Miraron esperando que Luna continuara pero parecía metida en su mente sin prestar atención a nadie, por alguna razón estaban nerviosos, Luna siempre parecía soñadora, alegre, excéntrica, pero ahora estaba tan seria que les causaba escalofríos.

Se removían en sus asientos incómodos con la tensión que se esparcía como alguna clase de virus en la habitación, Harry se aclaró la garganta e inclino su cuerpo hacía delante – ¿Luna que es este Gareeb que dices ser? – preguntó suavemente.

La rubia lo miró con sus ojos brillando de forma extraña, sintió una especie de pulso entre ambos y la habitación cambio.

Fueron envueltos por una especie de neblina unos segundos y cuando se despejo ya no estaban en Hogwarts, se encontraban en una casa extraña, unas frutas naranjas flotaban fuera de la puerta principal.

– ¿Luna dónde estás? – preguntó una dulce voz que parecía sonreírte mientras la escucharas – ¿dónde estás mi pequeña?

La puerta se abrió y dejo pasar a una mujer de cabellera rubia y larga hasta sus rodillas, era bastante alta y tenía un cuerpo que haría pecar a cualquiera, la mujer sonreía con cariño y diversión mientras bajaba las tres gradas hasta pararse en el césped y mirar hacia los lados.

Estaba descalza y solo ocupaba un fino vestido blanco que se mecía por la fresca brisa, sus piernas eran largas y blancas, una risa más apareció en escena, haciendo sonreír a la mujer y darse la vuelta.

Caminó hasta rodear las frutas voladoras y se asomó detrás de la reja de madera gritando un 'boo' en el proceso, otro grito más infantil y sus risas se escucharon enseguida – mami me asustaste – dijo la voz de una niña saliendo debajo de la casa.

Vieron a Luna a los nueve años, sonreía como si no tuviera una sola preocupación en el mundo – mi niña hermosa – mencionó la mujer cargándola y besándola por toda la cara – ¿te estabas escondiendo de mami?

Luna sonrió aún más y negó con la cabeza – estaba buscando los Pilanigrum mami, papi dijo que viven en lugares oscuros – la mujer sonrió sabiendo que solo era la mitad de la verdad.

– Es cierto viven en lugares oscuros, pero no como estos porque no son lo suficientemente oscuros, si estuvieran bajo la casa viviríamos a oscuras – sonrió la mujer mientras caminaba hacía la casa nuevamente – además, yo sé que te estabas escondiendo señorita.

Le rasco la pansa haciendo a la niña reír más fuerte – para, para mami – se quejaba, cuando entraron a la casa ellos aparecieron enseguida dentro.

– Vamos, tu padre salió y tengo que terminar esta poción, quizá con eso podamos crear una cura definitiva para la viruela morada.

Entraron en otra habitación, aún más extraña que la casa, tenía varios estantes con ingredientes de pociones, unos tres calderos de diferentes tipos y tamaños uno estaba prendido y el líquido dentro burbujeaba con un olor horrible.

Ambas fruncieron la nariz por el olor – huele feo.

– A veces las cosa feas son las mejores Luna – comentó la mujer dejando a la niña en una silla alejada para poder cuidarla y que nada le sucediera si había algún accidente – ahora ¿dónde estábamos? – se preguntó ella misma acercándose al caldero – o cierto los quince gramos de cola de rata, veamos.

harry potter el retorno del rey dragón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora