Capítulo 14

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Los Denali me miraban expectantes, esperando a que respondiera

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Los Denali me miraban expectantes, esperando a que respondiera. Sabía que los Vulturi propagarían el hecho de que me atacarían, solo que no pensaba que fuera tan pronto. Todo el asunto de mi padre y Dios me tiene lo bastante estresada para no pensar con mejor claridad.

—Bien —decidí que era momento de responderles—. Mi ahora no tan querido padre, hizo un trato con los Vulturi. Básicamente el trato consiste en que no sabré nada de lo que harán en 3 meses, en fin, ya ha pasado un mes de ese trato, pero estoy segura que no faltará mucho para que vengan.

—¿Y qué ganan con ese trato? —pregunta Carmen.

—Simplemente que no sepa lo que traman, pero la finalidad, en palabras de Aro, para destronarme y matarme —dije encogiéndome de hombros mientras comía una manzana.

—¿Y tú estás tan tranquila? —pregunta Kate con incredulidad.

—Sí, bueno, es algo que me tiene sin cuidado —hice un ademán con mi mano quitándole importancia al asunto—. Ellos terminarán perdiendo.

Edward estaba a mi lado, no quise leer su mente porque no tengo necesidad de hacerlo, sé perfectamente que piensa en protegerme. Algo estúpido de su parte.

El sonido de vidrio quebrándose llama la atención de todos. Alice dejó caer un jarrón y quedó viendo a la nada. Jasper se acercó a ella y puso sus manos en sus hombros, dándole más confianza y seguridad a Alice.




















Visión

Un gran ejército se aproximaba al prado cubierto de nieve. Todos iban con túnicas negras y su rostro estaba cubierto. Se acercaban a paso lento hasta estar a una distancia considerable.

—¡Hoy, amigos míos! —exclamó el líder Vulturi—. ¡Presenciarán como sucumbe y decae la grande Ignis Estrella de la Mañana! —dice con cierto entusiasmo—. Serán testigos de cómo nosotros, los Vulturi, somos los más poderosos y que nadie tiene poder sobre nosotros.

Todos habían dejado ver su rostro, excepto uno, pero de lejos se veía que tenía una sonrisa ladina en su rostro.

—Que terrible equivocación cometes, Aro —dice con burla la pelirroja—. Las puertas del infierno están abiertas para tu llegada.

Fin de la visión







—¡Vendrán cuando la nieve endurezca! —habla Alice después de salir de su visión—. Eso es en un mes —dice.

—No podemos dejarte pelear sola —dice Rose. ¿Por qué adelantaron la fecha? claramente era quedan 2 meses. A menos que estén lo suficientemente confiados de poder derrotarme.

—No lo haremos, lucharemos —habla Carlisle con tranquilidad, aunque también se puede apreciar la preocupación en su voz.

—Nosotros también —afirma Eleazar y las Denali asienten.

—Carlisle, tú tienes amigos por todo el mundo, podríamos pedirles que luchen con nosotros —dice Edward y yo frunzo el ceño.

—No creo que quieran enfrentarse a los Vulturi —responde Carlisle con duda.

—Pero en cuanto sepan que Ignis está con nosotros no dudarán —miro con incredulidad a Rose. Todo lo que hablan es una total tontería.

—Nadie va a pelear —todos voltean a verme—. He dicho que no necesito su ayuda. Ninguno de sus dones funciona en mí, a menos que los deje, está claro que no soy estúpida para dejar que eso pase.

—Todos nos sentiríamos más seguros si pudiéramos hacer algo —inspiro hondo para intentar calmarme. No quisiera responderle mal a nadie, sobre todo a Esme, que se ha portado realmente bien conmigo desde que llegué.

—A parte, te desmayaste ayer, Ignis, estás débil —le di una mala mirada a Edward.

—Por el poder de Dios, no por algún vampiro.

—¡Y muchos de nosotros quisieran ver cómo pateas el culo de un Vulturi! —exclama Emmet con burla, tratando de aliviar la tensión.

Inspiro, de nuevo. Sé que solo lo hacen para protegerme, pero al parecer la mayoría no entiende que no soy frágil. Soy la hija del diablo. Pero, también supongo que, si hay más vampiros, podrán ver que no deben y tampoco pueden meterse conmigo.

—Está bien —digo después de unos segundos—. Si se sienten mejor, traigan vampiros, pero la manada Quileute estará también —sonreí con burla al ver cómo eso no les pareció buena idea.

—¿Por qué estarán los chuchos? —pregunta la rubia Hale con desagrado y enojo.

—Dijeron que es para protegerme, creo que los lobos serán de gran ayuda —me encogí de hombros y miro mis uñas con desinterés—. Pero sí quieren, pueden desistir de la idea, así no requerimos de ningún vampiro y menos de los cachorros.

—Si es para que estés bien, entonces los soportaré —Rose siempre tan linda.

—Está decidido —Carlisle junta sus manos—. Cada uno irá con los que conozcan. Ignis, ¿tú puedes ir con la manada?

—Sí, será bueno ver a los cachorros —le doy una mordida a mi sándwich después de responder.

—Estoy seguro que no soy el único que se pregunta de dónde sacas comida —dice Jasper con confusión, le doy una mirada divertida y alzo mis hombros.

—Solo pienso en lo que quiero comer y aparece —ahora que me doy cuenta, nunca me había puesto a pensar en el como hacía eso—. Lamento dejarlos, pero es momento de ir a descansar, cuando ustedes no estén yo iré a ver a la manada —me levanto y camino hacia las escaleras—. Que tengan buena noche, los Denali podrán dormir también.

Decidí que los Cullen les explicarán, ya que seguramente estarán confundidos cuando empiecen a presentar sueño.

Siento la mirada de Edward, pero no volteo, él ocasionó que todos quieran luchar, aunque no dejaré que eso pase.











Siento la mirada de Edward, pero no volteo, él ocasionó que todos quieran luchar, aunque no dejaré que eso pase

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Hoy no tengo nada que decir.

Saludos a todos.

Jocelyn C.

Mi compañera Demonio «Edward Cullen» Where stories live. Discover now