Epílogo

12.1K 794 85
                                    

Narra Isabella

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Narra Isabella

Mi respiración se encuentra acelerada al despertarme. Miro a todos lados, dándome cuenta que estoy en mi habitación. Suelto un suspiro de alivio al darme cuenta que todo fue un sueño.

Veo mi calendario y al fin, hoy es el día que podré ser inmortal. Mi boda con Edward es hoy.

Me doy una rápida ducha y una vez que estoy lista, salgo de mi casa y me subo a la chatarra que tengo de auto. Me reconforta saber que Edward dijo que en cuanto nos convirtamos en esposos, desaparecería la chatarra y me daría un auto digno de una Cullen. Claro, no son esas palabras las que ocupó, pero para mí así lo fueron.

Cuando llego a la casa de los Cullen, me doy cuenta que ya todo está preparado. Habría querido que mi boda fuera en un mejor lugar, pero Edward pensó en que algo íntimo sería mejor . A lo lejos veo a Alice, así que me acerco a ella a paso lento.

—Ya estoy aquí, Alice —ella me voltea a ver y hace una mueca de desagrado. Debí  ponerme algo en estas horribles ojeras.

—Disculpe, ¿quién es usted? —yo la miro sin entender.

—Soy Bella —digo de forma obvia—. Tú mejor amiga —su rostro mostrando confusión me exaspera y evito rodar los ojos. Sin embargo, termino completamente frustrada y no puedo evitar gritarle ante su ineptitud—. ¡La novia de Edward, Alice!

—¿De qué habla, señora? Ignis es la novia de Edward y en unos minutos será su esposa. Usted es una anciana —giro sobre mi propio eje complemente enojada. Puedo ver a Edward, así que corro hacia él y lo agarro del brazo, pero este se suelta con lentitud y me mira con extrañeza.

—¡Edward, amor! Alice está actuando muy rara, no sé que le pasa.

—No sé quien es usted, pero mi prometida no tarda en llegar y tengo que esperarla en el altar. Sin ofenderla, pero no me vuelva a molestar, señora.

Yo no soy señora, solo tengo 18 años, entonces me acerco a un espejo y cuando veo mi reflejo, me doy cuenta que soy una anciana.

—¡No, no, no! —grito con todas mis fuerzas. Entonces me despierto y me doy cuenta que todo nuevamente fue un sueño.

Una risa escalofriante se puede oír, pasan tan solo unos segundos para dejar ver a dos personas con expresiones en sus rostros completamente aterradoras.

—Bienvenida al infierno, Bella —murmura Jane, con Irina a su lado, puedo ver la satisfacción en los ojos de ambas.

—Bienvenida al infierno, Bella —murmura Jane, con Irina a su lado, puedo ver la satisfacción en los ojos de ambas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mi compañera Demonio «Edward Cullen» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora