Capítulo 23

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Gracias a mi padre pude poner los escudos

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Gracias a mi padre pude poner los escudos. Me alegra saber que no lo he decepcionado.

Ya es de noche y Edward me dijo que me iba a llevar a un lugar y, sinceramente, estoy nerviosa lo cual es raro en mi.

Mañana es la batalla y me encantará ver el rostro de Aro e Isabella. No me han visto enojada y no les conviene hacerlo.

Una vez que terminé de arreglarme, bajé hasta la primera planta, dónde al inicio de las escaleras, Edward me esperaba. 

—¿Nos vamos? —preguntó. Asentí y nos despedimos de los pocos vampiros que estaban ahí, ya que los demás fueron a hacer una fogata. Jacob y Seth también estaban en el lugar, ya que ellos son los más cercanos.

Me hizo subir a su espalda y aunque no quería, lo hice, pero solo porque no quiero arruinar mis hermosos tacones.

No tardamos mucho tiempo en llegar a una parte del bosque, dónde todo se encontraba decorado con luces y en el centro había una mesa muy bien organizada para una velada.

—Alice arreglo todo ¿cierto? —quise darme un golpe mental, pero en ocasiones, el ser hija de Lucifer implica arruinar esos momentos románticos

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—Alice arreglo todo ¿cierto? —quise darme un golpe mental, pero en ocasiones, el ser hija de Lucifer implica arruinar esos momentos románticos.

—Sí, pero yo tuve la idea —le sonreí—. Ven, sentémonos —agarró mi mano y nos dirigimos a la mesa.

—Todo es muy bonito, gracias.

Esme hizo la comida, espero te guste —el ambiente es sin duda tenso.

¿Qué puedo decir? ¿Espero otra disculpa por su parte? Sí, me gusta que las personas se disculpen hasta que yo me canse de escucharlos, es algo inevitable de mí. 

Probé la comida y sin duda puedo decir que Esme hace la mejor comida del mundo.

—¡Suficiente! —exclamó, haciéndome sobresaltar un poco—. Sé que estás enojada, incluso furiosa, pero ya no puedo mantenerme así, alejado de ti. Y sé que a ti, en el fondo, te pasa lo mismo.

>>Perdóname, soy un idiota que no debí compararte. Pero de algo estoy seguro, y es que ¡Te amo! Te amo como no tienes idea y quiero que te quede claro algo. ¡Tú nunca fuiste una opción! Siempre fuiste tú, desde el momento en que te vi, y realmente no sé qué hacer para que te quede claro.

Me quede mirándolo y bebí de mi copa. No sé que decirle, pero me siento feliz de saber que no fui una opción para él. Y claramente, que se haya disculpado de esta forma.

—¿No dirás nada? —pasa sus manos por su cabello en señal de frustración.

—La comida está deliciosa —¡Joder, Ignis! ¿Tan difícil es decirle lo que sientes? Esto sin duda es frustrante.

—De todo lo que te acabo de decir, ¿lo único que dirás es si está deliciosa o no la comida? —dice enojado.

—Edward, no sé que decir, pero yo también te am... —me vi interrumpida por una fuerte ráfaga de viento.

Edward se quedó en una especie de shock viendo detrás de mi. Frunzo el ceño y volteo para encontrarme con mi tío favorito.

—¡Tío Amenadiel! —corro a abrazarlo al mismo tiempo en el que oculta sus alas—. No quiero sonar grosera, pero, ¿qué haces aquí?

—Me he enterado de un par de cosas que te pueden ser útiles. Miguel les provocó miedo a los Vulturi para que se revelarán contra ti.

—¿A todos? —pregunté con confusión.

—Solo a los líderes, aunque seguramente ya sabías algo sobre eso. ¿Me equivoco?

—No del todo —sonreí de lado.

—Algo más. Remiel está de nuestro lado. Miguel quiere ser Dios, así que no nos queda mucho tiempo para tratar de convencer a los demás arcángeles.

Eso sin duda me sorprendió. Remiel no había sido de mi agrado total, aunque no puedo negar que su actitud un tanto altanera y a la defensiva me gustó, lo que me hizo saber que no era de los angeles que se dejan manipular.

—Si está ayudando a mi padre, me tendrá de su lado —le aclaré a mi tío.

—Gracias, Ignis. Padre me dijo algo antes de irse, lo cito para ti; "A pesar de irme a otro universo, mi bendición seguirá en ti. Eres alguien sumamente poderosa, Ignatius, eres más que solo un demonio, tú eres un ángel".

—Mi padre no sabe de este mensaje, ¿o sí? —mi tío negó, solté un suspiro de alivio—. Creo que debo decirle a mi padre sobre la bendición que me dio el abuelo —digo jugando con mis dedos—. Siempre se pregunta cómo es que puedo hacer reencarnar un alma en el cuerpo o tiempo que yo quiera.

—O hacer que vuelvan a nacer —dice dándome la razón—. Por lo menos el que no puedas morir no tiene nada que ver con la bendición —yo asiento. Mi tío se queda viendo a Edward.

De un momento a otro, saca sus grandes alas y aprisiona a Edward contra un árbol.

—¡Tío!

—Te advierto, que si vuelves a hacer que caiga una lagrima de los lindos ojos que tiene mi sobrina, yo te llevaré al infierno —le dice en tono amenazante.

—Si no tienes nada más que decirme, espero que te retires —me voltea a ver y enserio que da miedo—. Tío querido —le digo con una sonrisa.

—Nos veremos mañana, Ignis —ni siquiera me dio tiempo de contestar ya que rápidamente se fue volando del lugar. No sabía que él también iba a presentarse mañana.

—Tranquilo, Ed, ya se fue —dije para que saliera de su trance.

—Creo que será mejor irnos. Ya es tarde y mañana tendremos un enfrentamiento —yo asiento.
Antes de que se diera vuelta lo tome del cuello y lo bese. No fue un beso tranquilo, fue apasionado, no solo demostramos lo que sentimos, también el deseo que tenemos por estar juntos.

—Te perdono, Edward. Me siento feliz por saber que nunca me consideraste una opción y yo también te amo. Esperé muchos años para estar contigo, te perdono, pero no lo olvidaré.

—Haré que sea un recuerdo mínimo, comparado con los maravillosos recuerdos que tendremos en un futuro.

—Creo que debemos volver —asiente y me subo a su espalda. Empieza a correr hacia la casa Cullen.

Sé que tardo en actualizar, pero editar es más complicado que escribir, al menos lo es para mí

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Sé que tardo en actualizar, pero editar es más complicado que escribir, al menos lo es para mí.
De igual forma, ahora estoy tratando de subir dos capítulos el día que llegue a actualizar, pues ya quiero dejar esta historia oficialmente terminada, así que espero culminar antes de que termine el mes o por mucho, principios de marzo.

Saludos a todos.

Jocelyn C.

Mi compañera Demonio «Edward Cullen» Where stories live. Discover now