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Él se encontraba sobre ella, Yuu le miraba un poco confundida, sus lentes peligraban en caerse en cualquier momento. Lo único que sabía, es que su cara era un tómate andante.
— ¿A-azul? ¿Qué pasa? — El chico de cabello platinado sabía que “estudiar” con la cama atrás había sido una muy mala idea.
Sus lentes dejaron el puente de su nariz, amenazando con caer sobre el rostro de la que se encontraba abajo. Yuu los tomó y los volvió a poner donde originalmente estaban.
— Tal vez este mal decir esto... Pero, te vez increíblemente exquisita. —Azul se dio una bofetada mental. ¿Era enserió? Su sonrojo había aumentado sin duda.
La chica de ojos verdes río ante ese comentario. Acercó su mano hacia una de las mejillas del chico, acariciando esta lentamente.
— L-Lo siento, estuvo mal decir eso.. — Dijo antes de volver a reincorporarse sobre la cama. Yuu hizo lo mismo, palmeando su espalda varias veces.
— Sabes... Si quieres hacerlo, no tengo ningún problema con ello. — Dijo la chica, provocando que la cara del mayor se volviera más roja que antes. — No podías pedirlo.. ¿Cierto? — Azul se saco los lentes, dejando estos en una pequeña mesa cerca de la cama.
— Pues... Supongo que la respuesta no es importante, Yuu-San. — Respondió volviendo a tomar lugar sobre la pequeña chica. Yuu sonrió al ser ligeramente empujada contra la cama.
— Rebotar me hace ver... Pequeña. — Dijo observando como la corbata del uniforme del contrario colgaba tentadoramente.
— Es por que lo eres. — Dio un beso a su nariz. Yuu sintió la cálida respiración de Azul sobre sus labios, poco después comenzó a dar tiernos besos inocentes.
Aunque no pasó mucho tiempo cuando dejaron de serlo, su lengua peleaba con la de ella, tratando de ver quien recorrería primero la cavidad bucal del contrario.
No hace falta decir quién salió victorioso, Yuu apretó sus ojos al sentirlo cada vez más dentro en su boca. Lo separo segundos después, cubriendo con su muñeca su boca.
— ¿Fue demasiado? — Preguntó Ashengrotto, Yuu negó repetidas veces con la cabeza.
Al encontrarse de lado, le dio inconscientemente al chico espacio en su cuello, ahora sentía su respiración en esa zona. Azul iba dejando un camino de besos, desde su hombro hasta llegar al límite que marcaba su ropa interior.
Fue metiendo una de sus manos por debajo de su falda, al sentir el elástico de su ropa interior. Lo tomó y después lo dejó caer contra su piel, haciendo que la chica rápidamente se sorprendiera.
— ¡A-Azul! — Gimió por el roce que le había provocado.
— Perdón, perdón, era inevitable no hacerlo. — Dijo este separándose un poco del cuerpo de la menor. Yuu tenía una cara seria, aunque no le duró mucho. Los dedos del contrario pasaban lentamente por su trasero. Haciendo que la piel se le pusiera más eriza. — Voy a retirar esto. — Agregó mientras iba quitando los botones de la blanca playera de la castaña.
