•ᴍᴀɴᴢᴀɴᴀs ᴅᴇ ᴄʀɪsᴛᴀʟ.

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—... Epel, ¿Qué haces? — Le hizo una pregunta bastante tonta, si mirábamos las cosas de la perspectiva del pequeño chico.

De la nada, había abierto la puerta de uno de los muchos cobertizos que habían en la escuela, haciendo entrar a ambos.

Tenía las manos de la chica sostenidas, las había puesto por encima de su cabeza. Sus rostros estaban a centímetros.

— ¡Tonta! — Soltó este. Yuu giro su cabeza hacia un lado, dando a entender al contrario su confusión en estos momentos. — Prometiste pasar el día conmigo... — Se dejo caer en el pecho de esta.

— Crowley me llamó, sabes que a ese tonto Cuervo no se le puede decir «no». Me aplastas los senos... — lo último fue dicho en un susurró, Epel recargo su barbilla, tomando más soporte en el cuerpo de la menor.

— Se que él te da hospedaje, pero, algunas veces puedes decirle no. Grimm-kun debería ayudarte con ello, ¿no son compañeros? — Dijo este mientras miraba hacia la puerta. De inmediato se reincorporó y cubrió la boca de la castaña.

— Te digo que desapareció... Esa niña, no puede quedarse quieta, preguntemos a alguien si la vio. — Esa voz, sin duda era la de Grimm.

Ace soltó un suspiro bastante ronco.

— Como sea, oh, ahí están los de tercer grado, tal vez la vieron... — Dijo Deuce, se escucharon los pasos de los tres irse.

Despego su mano de su boca lentamente.

— Tonto. Me asfixias. — Dijo en tono de broma la de ojos verdes. Epel se sintió pequeño, más de lo normal, y eso que él era más alto que la chica.

— Quiero... Enseñarte.

— ¿Qué exactamente?

— Lo que pasa cuando te olvidas de mi. — Su cara mostraba absoluta seriedad, no había vacilación en sus palabras, Yuu sintió un escalofrío recorrer toda su espalda.

— ¿E-eh? — No pudo decir más, habían acorralado sus manos de nuevo, el chico de ojos azules posó rápidamente sus labios contra los de ella.

Yuu fue de apoco cerrando sus ojos, acostumbrándose al movimiento rápido y para nada amable que este hacía, se separó de él al no sentir más aire.

El de pelo lila, tomó su mentón, obligando a esta a que le viera.

— ¿Quién dijo que podías separarte? — Se acercó un poco más a ella, mordiendo la parte inferior de su labio. Sin duda, el modo ángel se había ido a la basura.

Hizo un poco más de presión, sacando un poco de sangre de su labio, no tardo mucho en lamberla.

Yuu se sonrojó hasta las orejas.

— ¿Q-qué haces? — Le pregunto, tenía la respiración bastante agitada para poder articular una palabra bien.

— Tal vez me sentí culpable de lastimar tus hermosos labios... Oh no, el sexo es mejor cuando hay un poco de dolor. ¿No crees~? — Al terminar de decir eso, sonrió con toda la gentileza del mundo, si alguien «que no fuera Yuu» viera el motivo escondido detrás de esa hermosa sonrisa, lo último que pensarían es que se la dedicaba a alguien que iba a follar de manera realmente dura.

ᴅᴜʟᴄᴇs sᴜᴇñᴏs, ʏᴜᴜ ⟼ ᴇxᴘʟɪᴄɪᴛᴏ. Where stories live. Discover now