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Estaban a mediados del mes de julio, era temprano y la mansión Malfoy estaba en silencio. Los mellizos aun dormían plácidamente, se encontraban en la habitación del pequeño Draco acostados juntos en la misma cama, la niña Malfoy tenía su mano sobre el rostro de su hermano y este tenía la pierna sobre su hermana, la niña dormía con la boca abierta y algunos cabellos rebeldes en su rostro mientras que su hermano tenía su bello cabello rubio alborotado con varios mechones levantados. Una imagen muy graciosa de ver, ambos niños tenían sus propias habitaciones pero preferían dormir juntos se sentían más seguros juntos por la noche, además de que pasaban divertidas pijamadas juntos.

Pasaron dos horas y ya eran las diez de la mañana, ya había menos silencio en la mansión. Se escuchaban unos pasos sonar por el pasillo en el cual se encontraban las habitaciones de los niños, Narcissa abrió la puerta de la habitación de su hija y se dio cuenta de que la cama estaba totalmente bien ordenada y sin rastro de que su hija hubiese estado ahí anoche, ella sabía bien donde estaría, cerró la puerta de aquel cuarto y se dirigió a la puerta del cuarto de su hijo. Abrió la puerta y entro por está dirigiendo su mirada a la cama donde estaban sus dos pequeños dormidos, Narcissa al verlos sonrió enternecida y se acercó al lado derecho de la cama donde se encontraba Amethyst.

— Cariño. — Hablo con un tono suave y dulce mientras acercaba su mano al rostro de su hija quitándole aquellos cabellos de su rostro delicadamente, acaricio suavemente la mejilla de su hija y volvió a llamarla.

Amethyst abrió sus ojos lentamente para después sentarse en la cama y dirigir su mirada hacia a su madre que la miraba con una sonrisa.

— ¿Mama, ocurre algo? Pensé que podíamos levantarnos hasta tarde todavía. — Miro a su madre algo confundida mientras se acomodaba el cabello hacia atrás.

— No cariño, todo está bien solo que hoy su padre decidió llevarlos al callejón diagon. Irán a por sus útiles y sus varitas. — Narcissa se levantó de la cama y se dirigió hasta el otro lado donde se sentó cerca de Draco mientras esta acariciaba su rostro de la misma forma que había hecho con su hija antes y este solo se quejaba y se movía haciendo gestos.

— ¿Quieres ayuda? — Amethyst miro a su madre con una pequeña sonrisa maliciosa.

Su madre la miro por unos segundos pensativa, pero asintió y se alejó levemente sin levantarse de la cama mientras observaba atentamente las acciones de su hija. Amethyst le quito la manta a su hermano y comenzó a moverlo.

— Vamos Draco. ¡Arriba! Movilízate, ahora. — Dijo con un tono alto mientras movía a su hermano con sus brazos. Draco se quejaba, pero al menos ya había abierto los ojos para mirar a su hermana quien lo seguía moviendo.

— ¡Podrías ser más gentil sabes! — La miraba mientras ella seguía moviéndolo a pesar de que ya estaba despierto.

— ¿Acaso te piensas que te daré caricias y besos al igual que mama? — Lo miro levantando una ceja al mismo tiempo que dejaba de moverlo, pero sin apartar sus manos de él, su madre aún estaba sentada ahí cerca de ambos mirando la escena.

— Pues... Podrías si, después de todo quien no querría tener el privilegio de despertarme a mí. — Dijo con una sonrisa victoriosa mientras ponía sus brazos detrás de su cabeza. Su hermana lo miro para después hacer gestos en modo de burla, sacando su lengua haciendo una expresión de asco.

— ¡Oye! Mama díselo yo soy todo un galán. — Miro a su madre y se sentó en la cama haciendo gestos haciéndose el "chulito".

— Pues claro que lo eres mi cielo, eres todo un príncipe. — Dijo mientras se acercaba para acariciar la mejilla de su hijo.

— Mama no le subas más el ego, ya casi no pasa por la puerta. — Dijo está soltando una pequeña risita.

— Esta celosa, de los dos yo soy el más atractivo. — Hablo con arrogancia mientras se giraba hacia su hermana y levantaba sus cejas.

The Malfoy TwinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora