8.

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Narrador protagonista.

Ya estábamos todos fuera del castillo para la primera clase de vuelo con la profesora Hooch, estábamos parados divididos en dos filas de alumnos estando de frente con los de la otra fila y había unas escobas al lado de cada alumno. La profesora Hooch llego a donde nosotros estábamos y camino en medio de las 2 filas de alumnos.

— Buenas tardes a todos. — Hablo mientras caminaba entre nosotros y se posicionaba en la parte derecha.

— Buenas tardes Madame Hooch. — Todos los alumnos respondimos al unísono.

— Hola Amanda, buenas tardes. — Se volteo hacia nosotros al hablar


— Bienvenidos a sus clases de vuelo, ¿que están esperando? Por favor colóquense a la izquierda de sus escobas. Rápido, rápido. La mano derecha sobre la escoba y digan... ¡Arriba! — Al terminar de hablar todos empezaron hablar diciendo la palabra que la profesora indico una y otra vez.

A algunos niños su escoba los obedecía a medias, se levantaba, pero no llegaba a su mano o otras simplemente se movían en el suelo.

— ¡Arriba! — Dije y mi escoba obedeció de inmediato llegando a mi mano, sonreí con suficiencia y miré a mi hermano a mi lado quien al parecer su escoba también le había obedecido al primer intento.

Aun con mi escoba en la mano veía como el resto de niños seguían intentando hasta que uno llamo la atención de todos cuando fue golpeado en el rostro por la suya, era Weasley, todos comenzamos a reírnos hasta que la profesora hablo nuevamente.

— Ahora, cuando tengan su escoba suban a ella y sujétenla bien, no se resbalen. — Todos nos posicionamos sobre nuestras escobas mientras ella continuaba con su explicación.
— Cuando escuchen el silbato quiero que todos golpeen el suelo con fuerza, mantengan el equilibrio, floten un momento, inclínense hacia adelante y vuelvan al suelo. ¿Están listos? —

— No. — Dije mentalmente mientras me decía a mí misma que solo sería un momento.

— Tres, dos... — Hizo sonar el silbato cuando un niño de Gryffindor comenzó a elevarse más de lo que había dicho la profesora y así llego cada vez más alto, al parecer no tenía el control.

— Neville, ¿qué estás haciendo? — Dijo la misma niña odiosa de la clase de posiciones.

— ¡Señor Longbottom! Baje de ahí.


— ¡S-Señor Longbottom! — Hablo la profesora quien veía al niño que cada vez estaba más arriba.


— Señor Longbottom, ¿a dónde cree que va? ¡Vuelva aquí en este instante!

Todos mirábamos al niño quien cada vez perdía más el control, el junto a su escoba acabaron golpeando las paredes del castillo dando vueltas sin ningún tipo de control, después de golpear las paredes se volvió hacia donde estábamos nosotros a toda velocidad.

— Señor Longbottom. — Hablo la profesora quien estaba enfrente de todos nosotros y apunto con su varita hacia el niño por un segundo para después moverse a un lado, acto que todos imitamos, aunque yo más bien fui jalada por mi rubio hermano.

El niño siguió volando hasta llegar arriba de una torre y quedar con su túnica atorada haciéndolo colgar de ella, era obvio que la túnica no aguantaría y caería pronto, todos se acercaron abajo de donde él estaba colgado mientras que yo estaba un poco atrás en el grupo mirando hacia arriba.

— ¡Ayúdenme, auxilio! — Tal y como lo predije pronto se escuchó el ruido de su túnica rompiéndose dejando caer al pobre en el suelo.

— Jamás volveré a subirme a una escoba... — Dije en voz baja mientras miraba al chico en el suelo.

The Malfoy TwinsWhere stories live. Discover now