Xiao Zhan es un omega de 25 años, está en su último año de universidad. Es un omega alegre, hermoso, inteligente, talentoso, pero sobre todo único en su especie aunque debe ocultarlo de la sociedad. Pero no por mucho tiempo.
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El tiempo pasó muy rápido y ya era lunes, Xiao Zhan se encontraba en casa de Yibo. Si se preguntan por qué, pues la razón es que iba a salir a la calle tal y como es. Después de la cena con sus padres y Yibo el domingo, fue a dormir con su alfa. No habló con sus amigos, pero iba a ir a la universidad a hablar con su maestro.
―No estés nervioso, si estoy a tu lado no te va a pasar nada― dijo Yibo cuando apercibe en el olor de Zhan miedo, nervios y pánico.
―Tus palabras me alientan, pero eso no quita el hecho de que voy a recibir muchas miradas, más de lo normal―Zhan se veía en el espejo de cuerpo completo en el baño de Yibo. Su cabello estaba de un rojo brillante y sus ojos plateados.
―Tienes que acostumbrarte, si vas a modelar para mi revista vas a tener la mirada de todos siempre. Mis padres vienen este fin de semana, no les he dicho nada.
―Gracias por ponerme más nervioso. Cheng me respondió el mensaje. Dice que me va a esperar con los chicos en la entrada de la universidad.
―Entonces vamos, ya mismo entras a clases. Entro contigo y volvemos a las oficinas para trabajar― Xiao Zhan toma mucho aire y lo expulsa lentamente.
―Vamos. Aunque prefiero quedarme en clases, solo por este día― salen del baño, Zhan lleva su traje de trabajo al igual que Yibo. Toma su maletín que está en la sala y salen directo al ascensor. Cuando se detiene bajan y salen, el auto de Yibo ya está ahí, el señor le entrega las llaves con la boca abierta mientras ve a Zhan, Yibo le agradece y ambos suben.
―Ni siquiera disimuló un poco. Va a ser un día muy largo―dijo Zhan y Yibo solo sonrió. Se pusieron en marcha, Xiao Zhan se apoderó de la radio y puso su música de un solista que le gustaba, la cantaba a todo pulmón y Yibo reía por lo lindo que se veía.
Apagaron la radio cuando llegaron y Zhan pudo ver a sus amigos riendo y conversando a través de la ventana. Sintió la mano de Yibo apretar la suya, cuando le miró tenía un sonrisa en símbolo de apoyo.
―Tranquilo cariño, todo va a estar bien― le haló un poco hacia él y le dio un beso lento, bastó eso para calmarlo. ―Te amo, bebé―se besaron una última vez y Yibo bajó de su auto.
Se ganó la atención de casi la mayoría, rodeó el auto y abrió la puerta de Zhan. El omega salió lentamente y los murmullos se escuchaban como los zumbidos de abejas. Yibo cerró la puerta y aseguró el carro. Tomó la mano de Zhan y lo llevó donde sus amigos que tenían la boca abierta.
―Hola chicos― saludó nervioso Zhan. ―De esto quería hablarles―los demás chicos de la universidad se iban acercando poco a poco, querían observar bien a ese omega.
