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Abril, 24.

Después del partido que llevaría al club a la final de la Copa Italia, Allegra esperó en el estadio a su novio para volver juntos a la casa. Hacia un par de días que no se veían porque, al ser un partido tan importante, estaba concentrando más de lo normal con el equipo.

El cansancio de la chica era notable, recostándose sobre el hombro de Pablo, amigo de la pareja y entrenador personal de Joaquín, cerró los ojos para "descansar la vista".

"Me tomo esto como un no para el entrenamiento de mañana a la mañana..." se burló Pablo refiriéndose a la clase de pilates que tomaba la rubia con él desde que tuvo que dejar su entrenamiento habitual.

"No, ni a palo. A la tarde por ahí sí..." todavía con los ojos cerrados.

"Por ahí, no. Vas a entrenar a la tarde porque dijimos que no vas a dejar hasta que tengas que parir..." le recordó.

"Ya se, pero no tengo ganas. Además, no se si mañana no voy a ir a la oficina, hace mucho no voy."

"¿Fede te pidió que vayas?"

"No, pero voy a ir igual porque ya me aburrí de no hacer nada."

"Pensé que estabas con lo de la decoración de la casa y el cuerto nuevo para el bebé"

"Si, pero como ya hice todos los pedidos...ahora tengo que esperar que me lleguen."

"Mirá." Pablo movió el hombro para que levante la cabeza y mire a Joaquín, que caminaba en dirección a ellos. "Ahí viene tu marido".

Ambos se pararon para abrazarlo y felicitarlo por la victoria que los conducía hacia la final contra Atalanta el mes siguiente. Pablo lo saludó y se fue rápido, dejandolos solos para que vuelvan a su casa.

"¿Me extrañaste?" pregunto el morocho sonriendo mientras tiraba de la mano de la rubia para que se acerque y caminar abrazados hasta el estacionamiento del lugar.

"Sí."

"¿Mucho?" La rubia solo asintió con la cabeza y él tuvo que contener la risa cuando vió la cara de la chica, que caminaba con los ojos entreabiertos y el mini puchero que hacía involuntariamente cada vez que dormía. "Voy a manejar yo porque vos estas más dormida que despierta."

Cuando llegaron a la camioneta en la que la rubia había llegado, Joaco le sacó las llaves de la mano y abrió la puerta para que Allegra se suba del lado del acompañante. Después de subir la valija que había tenido durante todo la concentración en el baúl, ambos emprendieron el viaje hasta su casa, que se encontraba a unos treinta minutos de donde estaban.

"No vinieron las chicas al final..." comentó cuando pararon el un semáforo. De milagro, la rubia todavía no se había dormido en el asiento, lo cual era muy raro.

"Nop, se quedaron sacando todas sus cosas de la casa." dijo refiriéndose a Dana y su novia, Sofía. Quienes se habían ido a quedar unos días en la casa porque Allegra no se quería quedar sola en la casa.

"¿Tantas cosas llevaron?" La rubia asintió varias veces con la cabeza mientras miraba por la ventana.

"Sí, vos no te das una idea de lo que era el comedor de la casa. Entre las cosas de Dana para la nueva campaña publicitaria que está armando para no se que marca y las maquetas de Sofía para la facultad, no se como no se llenó la casa de carteles y esas cosas." contó describiendo como las chicas habían usado la mesa amplia que tenían en el comedor como oficina. "Yo no sé cómo harán cuando están en el departamento de Sofia, porque ahí no tienen tanto lugar para la cantidad de cosas que tienen..."

Allegra; tucu correaWhere stories live. Discover now