Capítulo 8 - Bakugou Katsuki (3)

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(Última parte del capítulo especial)

A la mañana siguiente me desperté junto al amanecer. Había dormido realmente mal, pero estaba seguro que no iba a poder volver a dormirme. Así que, siendo lo más silencioso que podía me vestí y me fui. Las únicas personas que estaban despierto tan temprano eran aquellos que iban a salir durante el descanso, por lo que no perturbaron mi salida.

Me concentré en entrenar. Queriendo dejar cada uno de mis pensamientos y sentimientos en mis movimientos. Lo que no fue muy difícil, pero de alguna forma se sentía diferente. Vacío.

Yo me sentía vacío.

No quería pensar en el hueco que sentía con la falta de su presencia, no quería pensar como se divertiría sin mí y no quería pensar en lo mucho que lo extrañaba.

¿En qué momento me volví tan blando? ¿Acaso me había vuelto tan blandengue? ¿No era capaz de seguir con mi vida sin sentir tanto dolor?

No. Me niego.

Si dolor es lo que siento, está bien. Pero no iba a dejar que me arruinará, tenía que cumplir mi meta. Era lo único que me quedaba. Bueno, mejor dicho, lo único que siempre he tenido.

Con eso en mente me decidí en mantenerme concentrado en el ejercicio, tratando de eliminar todos los sentimientos que me lo impedían. Después de todo, eran esas emociones las que me estaban haciendo sufrir.

Pero, a pesar de que me había decidido por ser emocionalmente insensible, lo mejor era tener cuidado, no quería encontrármelo por accidente. Fui a lugares del campo a los que estaba autorizado pero nunca había ido antes. A la hora de comer, me aseguré en ambas ocasiones de ir mucho más temprano de lo normal. Y no volví al edificio "A" hasta que ya era bien de noche.

Todo el trascurso de mi día se sintió frívolo y superficial. El tan solo hecho de entrenar no me impresionaba. Mis movimientos eran automáticos, me forzaba tanto en no pensar en lo que no debía que terminaba sin pensar en nada. Cada una de mis actividades se sentías superfluas. Y yo estaba simplemente desolado.

Ya en mi cama descubrí un analgésico al aturdimiento que mis emociones han estado experimentado estas últimas horas.

Nuevamente me quedé viendo la espalda de Kirishima, quien dormía profundamente. Su pesada respiración iba acorde al movimiento de sus costillas, y ante tan simple movimiento yo me encontraba fascinado.

Sabía que verlo dormir me volvía en algún nivel un degenerado. Sin embargo, era la única medicina que tenía en contra del solitario hueco que había quedado en mí. Y de todas formas, me han llamado peor, pensé algo cínico mientras me preparaba para dormir.



Desperté a la mañana del siguiente día atontado emocionalmente al igual que el día anterior. Y lo consideraba una especie de alivio en relación a todo el pesar y tormento que sentiría si no lo estuviese.

Con el mayor sigilo posible, me levanté y me preparé para salir a entrenar como ayer.

Me encontraba en la puerta del edificio terminando de atarme los zapatos cuando lo escuche. Me llamó por mi nombre.

El sonido de su voz despertó todo los sentimientos que tanto me esforzaba en someter, y fui atacado por una enorme y grata sorpresa.

"No me odia" no pude evitar pensar.

Al darme cuenta de lo expuesto que me encontraba con velocidad transforme mi cara por un ceño fruncido que sabía controlar mucho mejor.

-¿Qué quieres pelos de mierda? – le pregunté, asegurándome de no revelar ninguna emoción innecesaria.

Luchemos JuntosWhere stories live. Discover now