Genios del trabajo duro [TERMINADA]

Capítulo 28: Invasión Parte 3

Genios del trabajo duro

Invasión (Parte 3)
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"El Kazekage..." Siseó la serpiente gigante de ocho cabezas que una vez había sido Orochimaru. "... ¿Qué estás haciendo aquí en este pueblo? ¿Podrías haber decidido prestarme tu ayudante?"

El Kazekage se burló. "No te hagas una idea equivocada, Orochimaru. No estoy aquí para cumplir con nuestro trato." Saltó de los escombros sobre los que estaba parado y aterrizó junto a Sarutobi. "Estoy volviendo a pagar una deuda con este pueblo". Los ojos del Hokage se agrandaron.

"¡No puedes hablar en serio!" La serpiente gigante rugió. Todas las cabezas se lanzaron repentinamente hacia adelante, preparadas para derribar a los dos Kage donde estaban.

"Soy muy serio." El Kazekage levantó los brazos y un polvo de oro brillante se elevó de los grupos de contenedores que sus hombres habían traído con ellos. Se estrelló contra Orochimaru y envió su gigantesco cuerpo volando a través del bloque donde se estrelló contra varios edificios.

Asuma dejó escapar un silbido. "Increíble ... Solo he escuchado historias sobre el magnetismo Kekkei Genkai del Kazekage que le permite controlar el oro. Podría tener a cualquier mujer que quisiera con esa habilidad".

Kurenai se burló desde su lado.

"¡Todos!" El Kazekage se volvió hacia sus subordinados. "¡Dejadme el polvo de oro! Vayan todos al Shinobi de Konoha en el árbol gigante.

"¡Espere!" Hiruzen gritó antes de que pudieran moverse. "¿Qué quieres decir con que nos debes una deuda? ¿Qué está pasando aquí?"

"Quiero decir exactamente lo que dije. Estamos aquí para aliarnos contigo en esta batalla". El Kazekage se cruzó de brazos y se volvió hacia el anciano. "¿Hay algo malo en eso?"

"¿Una deuda ... no puedes querer decir por la muerte de tu hijo?" El anciano susurró oscuramente mientras se acercaba un paso.

"¿Qué si hago?"

Hiruzen abrió la boca pero sintió la mano de Asuma en su hombro. El hombre barbudo sonrió al Kazekage. "Agradecemos su ayuda. Por favor, continúe con sus órdenes".

El Kazekage asintió agradecido y se dio la vuelta. "¡Me escuchaste! ¡Todos se van!"

"¡Señor!" Muchos de los Sunagakure Shinobi inmediatamente comenzaron a migrar hacia el árbol.

Hiruzen hizo una mueca. "Asuma, Kurenai, ve con ellos y asegúrate de que nuestros hombres sepan que están de nuestro lado".

"¡Derecho!" Kurenai y Asuma corrieron tras ellos. Ahora solo quedaban los dos Kage.

"Esperaba que este hombre intentara atacar de todos modos. Mi corazonada era correcta". El Kazekage también se volvió hacia Orochimaru.

"Es por eso que realmente dejaste a tu hija aquí, ¿no? Para vigilar el pueblo". Hiruzen reflexionó en voz baja. Se negó a mirar al Kazekage a la cara.

"¿Estás molesto porque descubriste nuestro plan para atacar el pueblo?" Preguntó el Kazekage con curiosidad.

"¡Aún deberías estar atacándonos!" Hiruzen gritó mientras se giraba hacia él. "¡Uno de mis subordinados mató a su hijo! ¡Sin embargo, en lugar de estar enojado, está agradecido!"

"...Veo." El Kazekage asintió y apartó la mirada del anciano. "Como padre de niños, veo cómo te puede resultar difícil de entender, pero estás equivocado. No te estoy ayudando porque mataste a mi hijo. Te estoy ayudando porque me salvaste la vida".