18 | Un beso en el atardecer

4.9K 469 154
                                    

No sabía cómo demonios le hice. Estuve lo que me pareció una eternidad en ese salón de clases pero tras mucho nerviosismo, finalmente había aprobado el maldito examen oral. No fue la mejor nota del mundo como estaba acostumbrado a recibir pero había pasado y por entonces aquello me bastaba.
Estaba tan aliviado. 

Nathan también había aprobado y entonces fuimos todos juntos los que estábamos presente a comer algo a casa para festejar. 

Estaba cada vez más cerca de la meta. Este era el tramo final. Ya podía empezar a preparar mi tesis y Nathan, quien estaba en igualdad de condiciones que yo, no dejó de hablar de aquello durante toda la comida. 

Debería estar igual de emocionado y ansioso como él. Siempre creí que lo estaría cuando llegaría a esta etapa pero...la realidad era que no lo estaba. 

Sí, estaba feliz, pero era difícil de explicar. Era una sensación rara porque estar cerca del final significaba también irme, alejarme.

Y mientras más miraba a Tomás sentado en frente de mí, tan sonriente, tan alegre por mí, más pensaba en lo mucho que lo amaba, cuánto lo deseaba a mi lado y que no quería perderlo. 

No veía la hora de que nos quedáramos a solas. Quería nuestro pequeño mundo, ese íntimo que teníamos solo él y yo cuando estábamos en nuestro departamento.

Mis amigos se fueron un rato después del almuerzo, y nuestros vecinos, un poco más tarde. Aún era de día y aunque Tomás propuso dejarme tranquilo para que pudiera descansar después de tan estresante mañana, le dije que no. No me interesaba eso ahora. 

Apenas lo tuve para mí solo luego de despedir a Liam y a Nathan, lo tomé del rostro y comencé a besarlo. 

— ¿Tenías prisa por esto? — me preguntó entre risas. 

— Más o menos — respondí. — Este era el único festejo que me interesaba la verdad. 

Lo besé otra vez, sin intenciones de parar. Quería llevarlo a mi habitación pero Tomás me detuvo a mitad de camino. 
Interrumpió el beso y me miró preocupado. 

— ¿No estás enojado conmigo, verdad? — preguntó. 

— ¿Por qué?

— Ya sabes, por ese beso que te di hoy delante de todos. Siendo como eres, me imagino que no te gustó esa demostración de afecto tan...pública. Perdón — se disculpó viéndose totalmente apenado. 

— Bueno...sí me tomaste por sorpresa — admití. — Pero no me molestó, Tomy — le sonreí. 

— También noté la cara de sorpresa de tus amigos. Ellos…¿no sabían nada de nosotros, verdad? ¿No les dijiste? 

— No, yo...no le había contado a nadie. Solo Nathan lo sabía porque es un completo chismoso, ya sabes. 

— Está bien — respondió agachando la cabeza. — No es como si yo les hubiera contado a mis amigos también. 

Me sentía mal, como si hubiese hecho algo incorrecto, o como si él estuviese esperando más de mí. 

Si esto empezaba a tomar el camino que yo creía que estaba tomando, entonces tenía que hacer algo. 

— Salgamos — propuse de repente. Tomy me miró sorprendido. — Te dije que quería ir a tomar fotos. Es un lindo día, vayamos. 

— ¿Qué? ¿Ahora? ¿Seguro que no quieres descansar? — preguntó. 

— Ya te dije que no. Vamos, iré por mi cámara. 

Tomás sonrió entusiasmado y fue corriendo hasta su cuarto a buscar sus cosas. 

El chico que amoWhere stories live. Discover now