Capítulo XXIX

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-tu departamento ya esta como nuevo, cambiamos todo como pediste, Maraya, Helen, Thalía y Claudia están consiguiendo nueva ropa para Katherine, tus perros siguen en mi casa – Thomas estaba hablando por teléfono con Jayden, este ultimo había salido del hospital temprano esa mañana, era medio día y estaba poniendo su plan en marcha – pero aun no tenemos noticias de su padrastro.

Sabia que eso seria un problema, pero tenia que concentrarse primero en otras cosas.

-¿la vigilancia sigue enfrente de su casa? – se había cobrado un par de favores y ahora tenia a unos cuantos ex-compañeros ayudándolo.

-no se han movido desde hace dos días, pero tampoco han encontrado nada – se escucho el sonido de una puerta ser abierta y cerrada – tampoco los han visto los que están enfrente de su empresa, no se en donde puedan estar – suspiro.

-ya aparecerán, no se darán por vencidos tan fácilmente, darán un paso en falso y es cuando los atraparemos – miro al frente y se dio cuenta de que Kiro caminaba hacía él – te llamo despues, mantenme informado si sabes algo nuevo, ¿de acuerdo?

-serás él primero en saber – colgó.

-ya despertó – le hizo una seña y ambos comenzaron a caminar hacia su cuarto – su abuela ya esta con ella, esta mas tranquila pero igual intenta no exaltarla, ¿esta bien?

Thomas asintio y ambos siguieron caminando en silencio, cuando entro a la habitación Katherine estaba llorando, se preocupo, pero solo una mirada a la mujer mayor junto a ella le hizo comprender lo que pasaba, ella le había contado todo, Katherine giro y le sonrió, aun llevaba puesta la mascarilla de oxigeno, las mejillas de ella se enrojecieron cuando recordó lo que se habían dicho antes de quedar dormida.

-¿Cómo estas? – ella levanto su pulgar y le sonrió – eso es bueno – miro como Kiro revisaba a Katherine y apuntaba distintos datos en la planilla en sus manos.

-todo esta mejor, ya tengo tus resultados – les mostro el sobre – tu sangre estara limpia para mañana y podrás irte de aquí en otro par de días, seguirás necesitando cuidados pero espero que los sigas al pie de la letra – Thomas estaba a su lado traduciendo para ella, le habían quitado sus audífonos y por el momento no podia llevarlos de nuevo – por desgracia el veneno hizo marcas en tu cuerpo – su abuela tomo su mano – no son muy grabes pero si notables, tus pulmones se vieron afectados y tienen algunas cicatrizaciones en ellos, significa que te costara respirar cuando te sobre esfuerces, algunas veces tendrás que utilizar un inhalador para ayudarte a recobrar el aliento, sera como si tuvieras un leve indicio de asma – ella asintio, estaba seria y pensaba en las cosas que no podría hacer – también es posible que presentes migrañas y mareos, pero esto solo lo podremos confirmar con el paso del tiempo, además de eso tu cuerpo no recibió ningún otro daño, tus riñones e hígado siguen funcionando perfectamente, al igual que tu corazon – Kiro noto la expresión decaída en su rostro – no te preocupes Katherine, puedes llevar una vida totalmente normal, no dejes que esto te detenga, ¿de acuerdo?

Ella asintio e irguió su espalda, Thomas sonrió al ver que intentaba ser fuerte una vez más, Kiro se despidió y volvió a sus rondas, hubo silencio en el cuarto por unos minutos, Thomas se acerco a ella y sujeto su mano entre las suyas, estaban frías y temblaban, ni é ni la abuela de Katherine la molestaron en lo que restaba del día, dejaron que procesara la información de su salud, y cuando llego la noche Thomas regreso con ella, había echo que la mujer mayor volviera a la casa de seguridad, no era bueno que estuviera lejos de ella, alguien podría verla y decirle al padrastro de Katherine, Katherine estaba recostada con su espalda en dirección a la puerta, él camino y se sentó en el pequeño sillón que estaba frente a ella, acerco su mano a la suya y la apretó, solo entonces Katherine lo miro.

Amor En Señas.                                          Duoligia Amores. Libro 1Where stories live. Discover now