Capítulo I

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  - sabrás llevarte con él mi niña - ella escuchaba atenta a la anciana de 84 años sentada al otro lado de la sala
 
Ella, sentada en uno de los sillones individuales de la pequeña sala refunfuñaba con sólo el pensamiento de tener un Guardaespaldas.

Su abuela llevaba cerca de media hora intentando hacerla entrar en razón, estaba totalmente enojada y su abuela intentaba hacerla compr nder su decisión, se sentía de cierto modo traicionada y Le dolió pero, también Le molesto.

-"no pienso aceptar tener un hombre detrás de mi"-

Su abuela había aprendido a hablar con señas al mismo tiempo en el que su querida - y única - nieta lo necesito.

  - pero aún así lo necesitas - Le hablo en un tono más firme - y más aún en esa casa donde vives - su ceño dejo de fruncir se - tu vida en ese lugar no es fácil, tal vez con él ya no te traten tan mal

Ella comenzó a pensar en todos los malos tratos por los que había pasado desde que había cumplido los nueve años, y su enojo se transformó en tristeza de un segundo a otro.

Siempre Le pasaba eso cuando recordaba a su madre, y no sólo la embargaba la tristeza sino también la culpa.

- "de acuerdo" - una sonrisa apareció en el rostro de su abuela - "aceptaré tener un Guardaespaldas, pero solo por ti"

La mujer mayor se puso de pie tan rápido como su avanzada edad se lo permitió y se acerco a su nieta, esta misma se puso de pie para recibir la muestra de afecta de la única persona a la que consideraba su familia.

Se despidió de su abuela un par de minutos después y emprendió su camino hacia el lugar donde vivía, el miedo creciendo con cada paso que daba y su mente voló hacia memorias pasadas.

Recordaba a su madre y a ella ambas sentadas en el porche de la gran casa que su abuelo les había dejado a ambas, siempre que recordaba a su madre eran sólo ellas dos en esos bellos y nítidos recuerdos, nunca conocio a su padre lo poco que sabía de él era lo que su madre Le había contado y no era mucho.

Su madre sólo había salido con él por cuatro meses cuando quedó embarazada de ella, cuando se lo contó a su padre se fue dejándola sola diciendo que no podía arruinar su vida por un bebé, y simplemente desapareció de la vida de ambas.

Su madre de inmediato busco una forma de salir adelante ella y la pequeña vida que se estaba formando en su interior, encontró trabajo en una pequeña tienda de comestibles y comenzó a juntar dinero para poder ayudar a su pequeña hija, no Le había contado nada a sus padres y la verdad era que no pensaba hacerlo, su padre era una persona adinerada al igual que su madre, pero no les dijo nada por temor a que se sintieran avergonzados de ella.

Rento un pequeño departamento con lo poco que había ahorrado, era un lugar pequeño y sucio, pero no Le importo porque ese sería su hogar durante un tiempo, pero todo se complico cuando cumplió los seis meses de embarazo, dejó de trabajar en la tienda de comestibles y no tuvo trabajo por un mes, sus padres comenzaron a sospechar que algo malo pasaba con su hija ya que ella, sin ninguna explicación, se alejo de ellos de un momento a otro.

Su padre comenzó a investigar su paradero, temiendo que algo malo Le había pasado a su única hija, y cuando la encontró viviendo en un lugar maloliente y casi desecho, se llevó una enorme sorpresa al haberla encontrado con una gran barriga debajo de su ropa, ella en medio de lágrimas y dolor Le relato todo lo ocurrido, cuando terminó su padre se quedó en silencio mirando a su llorosa hija que estaba sentado frente a él.

Sin pensarlo se acerco a ella y la tomó entre sus brazos intentando arreglar su corazón roto e intentando eliminar todo el dolor por el que su pequeña hija - a la que vio nacer perfecta - había pasado, sin dudarlo dos veces la tomó entre sus brazos e importandole poco las pocas pertenencias que había en el viejo departamento se la llevó con él.

Amor En Señas.                                          Duoligia Amores. Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora