Capítulo XXXVII

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-esa es la ultima caja - Thomas dejo que Jayden la tomara y la llevara a su camioneta, él, Helen, Garret, Jayden y Katherine estaban en el departamento de la abuela de ella, todos guardando las cosas que ella queria conservar.

Ya había pasado un mes desde su alta del hospital, ambos estaban recuperando de buena forma y no presentaban ninguna complicación, ninguno de ellos necesitaría tomar terapia, Katherine había decidido, hacia solo dos días, que ya era hora de poner en venta el departamento de su abuela así que allí estaban, guardando aquello que ella se quedaría, y dejando lo que se vendería.

Contratarían a una inmobiliaria y ellos se harían cargo de la venta, de esa forma ella solo recibiría el dinero, tomo la ultima cosa que se llevaría del departamento, era un suéter tejido por su abuela, lo llevo a su nariz y distinguió su perfume, sonrió ante la ronda de recuerdos que volvieron a su mente al oler, la primera vez que había echo galletas con su abuela, cuando le contaba historias sobre su abuelo y su madre, y la ultima vez que le dijo que la amaba.

-¿estas lista? - miro hacia la puerta, Thomas estaba de pie justo en el umbral, las pesadas vendas ya habían desaparecido, ahora solo llevaba una venda ligera y un cabestrillo para que evitara los movimientos bruscos.

Ella asintio, cerro el ropero de su abuela, y con una ultima mirada a la habitación, dejaron el departamento, ella también había dejado atrás las vendas y llevaba el mismo cabestrillo que Thomas, los dos subieron a la camioneta de Thomas, Jayden y Garret estaban en los asientos delanteros y Helen estaba junto a ellos.

-¿estas bien colibri? - ella le sonrió y asintio, no se sentia como había esperado, creyó que el hacer esto seria mucho más difícil, pero para cuando comenzaron a alejarse del departamento ella comprendió que era sencillo por que esta vez no estaba sola, camino al departamento de Thomas, aquel que compartirían dentro de dos semanas, pensó en lo bien que estaba ahora su vida, Jack y Sara se habían comenzado a mudar hacía solo una semana, dejaron su cuarto como estaba, ellos le dijeron que ese lugar siempre seria de ella.

Garret había estado buscando locales para poner su estudio de fotografía y ella estaba segura de que su abuela estaría orgullosa de él, Helen había comenzado a buscar que era lo que estudiaría, aun no se decidía pero tenia mucho tiempo, Kiro y Jayden habían formalizado su relación, ambos estaban felices y parecía que Vivian en una nube, y ella y Thomas se estaban recuperando, ella estaba aprendiendo como manejar una empresa, él padre de Garret y él padre de Jayden la estaban ayudando, también Thomas la ayudaba en aquello que pudiera, a los tres los había nombrado sus socios.

En cuanto a su padrastro y hermanastros, una paz la lleno cuando recordó que ya no tendrían ningún problema con ellos, los habían juzgado con cadena perpetua sin condición a libertad condicional, aun recordaba la tristeza que la había llenado cuando en el juicio el había confesado matar a su madre, pero ahora ella y su abuela habían obtenido justicia.

Salió de sus pensamientos cuando sintio que Jayden detenía la camioneta, dejarían las cosas en el departamento y despues irían a casa de la madre de Thomas, todos los estaban esperando para comer, sonrió al pensar en ver a todos reunidos, las risas y alegres anécdotas, incluso el tibio calor de Jordan al abrazarlo, tal parecía que el hermano pequeño de Thomas la había tomado como su preferida, todos bajaron y subieron las mas de cinco cajas por el elevador de servicio, dejaron las cajas en la sala, todo esto entre una amena conversación, aunque no faltaron las amenazas de Garret hacia Thomas.

Para cuando entraron por la puerta de la casa de la madre de Thomas los estómagos de todos ellos rugían por la falta de alimento, Thomas sonrió al ver a sus dos perros en el amplio patio trasero jugando con sus hermanas, Jordan y Liona, todos sonreían al lanzarles la pelota, y la sonrisa en su rostro solo creció al ver a sus dos gatos dormidos a los pies de la ventana en la sala.

-que bueno que ya llegaron - su madre se acerco y los abrazo - la comida ya esta lista, solo los estábamos esperando a ustedes.

-nos retrasamos un poco, había mucho trafico - Thomas se justifico, su mano libre fue a parar a la espalda baja de Katherine, había tomado la costumbre de sentirla, desde el momento en el que se había despertado en el hospital sentia el miedo latente de que si no la miraba o tocaba la perdería, y esta vez seria definitivo.

-todos a la mesa, iré por tus hermanas - la miraron alejarse hacia la puerta y gritarle a sus demás hijos, todos se sentaron a la amplia mesa, Kiro ya estaba allí y le sonrió cuando la miro, incluso Jack y Sara estaban con ellos.

Miro alrededor de la mesa y cuando se dio cuenta de la cantidad de personas que había ganado gracias a Thomas sintio su corazon llenarse de un amor inmensurable hacia él, giro y lo miro sentado a su lado, el estaba hablando de algo con Jared, estaba sonriendo, ella puso su mano en su pierna, y dando un pequeño apretón llamo su atención, él giro, estaba feliz de tenerla con él.

-hola - susurro.

"hola" - ella se acerco a él, miro sus labios y Thomas como un genio que cumple los deseos la beso, ambos escucharon la voz de Jayden y de Garret burlarse de ellos, pero no les importo, se besaron gozando el sentirse, disfrutando el saber que aun tenían mucho tiempo para vivir juntos.

-te amo - los ojos de ambos brillaron.

"y yo te amo a ti" - ella le sonrió, y el prometió, dentro de él, a hacer siempre lo posible para nunca dejar de ver como ella sonreía.

**********

Ambos estaban recostados en la amplia cama matrimonial que Thomas mantenía en la casa de su madre, una película se reproducía en el televisor frente a ellos, la lluvia que caía afuera lograba que el ambiente fuera calmo y pacifico, Delta y Wolf estaban recostados a sus pies, los gatos lo estaban en la alfombra frente a la cama, eran solo las seis de la tarde pero el movimiento recurrente en sus hombros los habían cansada, y además de que querian pasar un tiempo a solas, se habían ido a descansar a la habitación en donde se estaban quedando.

Estaban tan tranquilos que el sueño comenzó a ganarles a ambos, Thomas sintio como Katherine se acomodaba un poco más a su costado, él la miro y noto como estaba dormida, sus labios entre abiertos, sus mejillas con un poco de color, y sus manos en su pecho sujetándolo cerca de ella, el sonrió ante lo tierna y pequeña que se veia, tomo el control remoto y apago la televisión, estiro su mano y tomando uno de los bordes de la cobija la paso sobre ambos, los cubrió y beso la cima de su cabeza, y en el silencio de la habitación le susurro al oído.

-gracias por enseñarme que todos merecemos una segunda oportunidad.

Y se durmió junto a ella, para cuando su madre fue a llamarlos para cenar sonrió al ver como estaban, estaban unidos de pies a cabeza y ambos tenían sonrisas en sus rostros, miro a su hijo y noto que él ya no llevaba ese peso sobre sus hombros, estaba libre de esa culpa que lo había seguido por años, era el mismo muchacho que se había ido al ejercito la primera vez, volvía a ser su hijo.

Y supo que todo fue gracias a ella, había salvado a dos de sus hijos y por eso le estaría agradecida para siempre.

Amor En Señas.                                          Duoligia Amores. Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora