Capítulo XXXV

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Katherine miraba con lagrimas en sus ojos a la pequeña urna frente a ella, llevaba de esa forma treinta minutos, eran las nueve de la noche y ella había sido la primera en bajar a la capilla, se lo había pedido de favor a Kiro, estaba en una silla de ruedas y estaba sola, sabía que Thomas estoaría a punto de llegar, en su cabeza creía que solo seria ella, Thomas, Garret, Helen y su madre en la capilla, y estaba bien para ella, no tenia más familia y ellos eran lo más parecido a una que tenia, escucho el sonido de las puertas a sus espaldas, Kiro la había convencido de utilizar sus audífonos ese día, giro y sus ojos se llenaron de lagrimas, y su corazon de amor, al ver a todas esas personas entrar por la puerta.

Thomas venia en una silla de ruedas, esta era empujada por Claudia, Thalía cargaba a Jordan y la madre de ellos venia a sus espaldas con un gran ramo de flores, Garret, Helen y sus padres venían a solo unos pasos de ellos, cada uno con un ramo de flores en sus manos, y detrás de todos ellos estaba Kiro con Jayden a su lado, cada uno con un ramo de rosas blancas, Natalia, Bea, Liona, Ginger y sus padres, incluso vio entrar a Jack y Sara, todos y cada uno de ellos traían un ramo de flores en sus manos, cuando todos estuvieron a su alrededor fue Garret el que se inclino frente a ella.

-todos quisimos venia y apoyarte en esto, colibri… ahora tienes más familia que nunca – todos a su alrededor asintieron y ella lloro por el amor que todos le estaban dando.

Ella miro como dejaban los ramos de flores a un lado de la urna, los distintos colores bañaron su visión, y cuando todos se sentaron en las sillas que había dispuestas un hombre entro, ella lo reconoció como el ministro, Thomas fue puesto a su lado, su compañía silenciosa fue todo lo que ella necesito para no derrumbarse, estuvieron allí toda la noche, pero fue tan diferente a como ella se lo espero, Garret y ella contaban las distintas anécdotas que habían vivido al lado de la mujer que ya no estaba con ellos, incluso Jack, Sara, Jayden y Thomas contaron algunas cosas de ella, y para cuando la mañana llego Katherine ya se sentia mil veces mejor, ese mismo día su abuela fue colocada a un lado de su esposo, las flores rodeándolos a los dos, y ella supo que ahora los dos volvían a estar juntos.

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-sus heridas han sanado muy bien, tienen muy buen color y están cerrando de la forma adecuada, así que no veo ningún problema en que puedan salir de aquí el día de mañana – ya había pasado una semana desde esa noche en la pequeña capilla del hospital, los ánimos de Katherine estaban volviendo a ser lo que eran antes, ella y Thomas estaban comenzando a llevarse mucho mejor, y esa pequeña barrera de guardaespaldas y resguardado ya había desaparecido por completo.

-he querido escuchar eso desde hace varios días – Thomas se recostó un poco mejor en la camilla y miro a Katherine, él la vio mucho mas recuperada, la vio mas ligera.

-pero aun así tienen que seguir algunas instrucciones – Jayden y Garret estaban en la habitación con ellos, era la hora de la visita y ellos dos eran los que más los visitaban – sus heridas aun tardaran un poco más en cerrar por completo, tienen que evitar mojarlas y deberán ponerle algunos medicamentes que les recetare, estarán en citas periódicas para revisar su avance, lo más probable es que reciban terapia, en especial Katherine – ella lo miro con más atención – ya que tus músculos aun están resentidos y no sabemos con seguridad como se recuperaran con el paso del tiempo, pero si eso no pasa la recuperación de ambos seria sin ninguna complicación.

“gracias” – incluso ella se sentia mucho mejor, aun le dolía el pecho al pensar en su abuela y en la falta que le hacía, pero estaba comenzando a dejar ir ese dolor y a recuperar todos los buenos momento que logro vivir con ella.

-de nada, es mi trabajo, además ya te considero una amiga más – cruzo sus manos en su espalda - ¿ya saben que harán al salir de aquí? – su mirada vago entre las dos personas recostadas en las camillas.

Amor En Señas.                                          Duoligia Amores. Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora