Capítulo XXXIII

8.1K 511 39
                                    

Thomas era empujado en la camilla por dos enfermeros, Jayden le había dicho que Katherine había despertado y de eso hacía una hora, había querido saber de ella desde el momento en que abrió los ojos, y solo el echo de pesar en esperar lo habían echo enfurecer, pero por las amenazas de Jayden y Kiro, ambos lo amenazaron con sedarlo y no dejarlo verla, resistió esa hora con orgullo.

Cuando ambos camilleros hicieron que girara hacía la derecha lo primero que vio fue a Garret y a Kiro delante de la puerta, parecía que discutían.

-¿de que hablan ustedes dos? – en su voz se notaba el dolor que sentia.

-Katherine pregunto por su abuela – Garret se notaba tenso, no sabía como informarle de la perdida de su unica familia de sangre - ¿Qué se supone que le diré? – paso sus manos por su rostro.

-no se lo dirás tu solo, se lo diremos ambos – suspiro – se pondrá mal y algo me dice que solo tu podrás calmarla.

-tu también podrías hacerlo – susurro.

-esta vez ella te querrá a ti, o a ambos, pero la ayudaremos a superar esto, ¿de acuerdo?

-no tienes que preguntarlo, no la dejaría sola con esto, ni con ningún otra cosa.

Miro a Kiro y, despues de asentir, entraron al cuarto, cuando Katherine lo miro sus ojos se llenaron de agua, miro su pecho vendado, al igual que el de ella, y se conmovió por él.

-hola – la saludo con un movimiento de su mano.

Ella se inclino y escribió en el pequeño pizarrón – “hola” – él sonrió al verla – “te extrañaba”

-y yo a ti – ambos dejaron que Kiro y los enfermeros lo acomodaran, colocaron su camilla justo a su lado, colocaron todos los aparatos en orden y despues de un asentimiento de cabeza de Kiro hacía Thomas los dejaron solos.

Él la miro y se dio cuenta de que ella ya lo veia, estaba pálida y las vendas cubrían la mayoría de su pecho, pero la vio como esa mujer fuerte y sobreviviente de la que él, sin ninguna duda, se había enamorado.

-¿Cómo estas? – quiso tocarla, pero el simple movimiento le causo una punzada de dolor.

“adolorida y cansada” – su caligrafía estaba en el pequeño pizarrón – “¿tú, cómo estas?”

-yo diría que igual que tú – le sonrió – pero feliz de volver a verte – noto el color que comenzó a aparecer en sus mejillas.

No dispuesto a no sentirla despues de lo que ambos habían vivido, estiro su mano, no sin un poco de esfuerzo, y sujeto la de ella, aquella que ella también estiro con el mismo deseo de sentirlo, Thomas noto como sus ojos se llenaban de lagrimas y un segundo despues por sus mejillas corrían los ríos de agua salada, deseo acercarse a ella y abrazarla darle consuelo, pero ambos tendrían que esperar.

-no llores, ambos estamos bien, todo estara mejor – ella noto como su voz protestaba por el dolor, y ella también lo sintio así que lo soltó.

“estara perfecto cuando vea a mi abuela” – ella se limpio las lagrimas despues de enseñarle el pizarrón, Thomas la miro con dolor al darse cuenta de que ella seguía esperando ver a su abuela otra vez, esperanza que él tendría que romper.

-Katherine, hay algo que debo decirte – cuando vio la seriedad en su voz y rostro supo que lo que tuviera que decirle era algo muy malo.

Antes de cualquiera de los dos volviera a hablar la puerta se abrió y Garret entro a la habitación, había permanecido afuera, le había querido dar un momento a solas.

-hola colibrí – se sentó en la misma silla al lado de Katherine.

“hola, ¿me dirán que es lo que me están escondiendo?” – se los mostro a ambos, y cuando Garret miro a Thomas le hizo un gesto con la cabeza, podia comenzar a decirle.

Amor En Señas.                                          Duoligia Amores. Libro 1Où les histoires vivent. Découvrez maintenant