Capítulo 6

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|Precaucion, esta parte de la historia contiene Smut|

—Me siento bastante usada, la verdad — confesó Brooke mientras cubría su cuerpo con las sábanas.

—¿Qué? ¿Por qué? —preguntó Brandon.

Ella se limitó a negar con la cabeza y a levantarse de la cama para tomar su ropa y vestirse.

—¿Brooke qué estás haciendo?

—Vestirme. — murmuró obvia.

—Eso ya lo sé... Me refiero a...

—Basta, Brandon... Ya conseguiste lo que querías así que ahora cállate —dijo ella.

Él la miró incrédulo.

No podía creerse que ella estuviera reclamándome ahora.

—¿Lo que quería?

—Follarme, Brandon... Llevas queriendo eso desde ayer, ¿no? —cuestionó frunciendo el ceño—. Por eso me invitaste a tu departamento, por eso tenías todo tan bien preparado.

—Vale, de nada me sirve negarlo pero...

—Se supone que solo iba a ser una cita... ¡Tú siempre quisiste más que una cita! —exclamó.

Y a pesar de que él quiso refutar, ella salió de su departamento con prisas, dando un portazo a su salida.

Tal vez era una dramática, una exagerada... Peor la forma en la que se sentía era indescriptible, se sentía usada y lo peor es que en ningún momento puso resistencia.

Brandon le atraía, por supuesto. Peor de ahí a perder su virginidad con él ya era un gran cambio.

No se dio ni cuenta de que había empezado a llorar, con rabia pasó su brazo por su cara llevándose las lágrimas y parte del maquillaje. Se maldijo a sí misma por no haber llevado una chaqueta, el viento pegaba con fuerza y a pesar de que por sus venas ya corría una gran cantidad de alcohol, se sentía el ambiente frío.

Centró la mirada en el camino, el cual no conocía ni por asomo y se acercó a lo que parecía ser un pequeño campo de fútbol.

Lo extraño es que había alguien jugando allí, pateando un balón con entusiasmo.

Y ese alguien era conocido para Brooke.

—¡Hey tú! —le gritó llamando su atención.

Él tomó el balón en sus manos y miró en dirección a ella, pasados unos segundos caminó en su dirección. Nada más y nada menos que Christopher Vélez a estas horas de la noche y jugando al fútbol solo.

—¿Brooke? —cuestionó confuso—. ¿Qué haces aquí a estas horas...? ¿Has estado llorando?

—Si, bueno... No ha sido mi mejor día —dijo ella haciendo una mueca.

—Te ves hermosa pero destrozada —murmuró antes de envolver su cuerpo con sus brazos—. ¿Te puedo ayudar en algo?

—A olvidar... Ayúdame a olvidar —rogó intentado no llorar..

Él apretó los labios, olvidar no era la mejor opción... Afrontar la realidad lo era.

Pero no iba a decirle eso a la chica que estaba a punto de romperse en sus brazos, no quería verla llorar, no quería romperle el corazón.

—Dicen que el alcohol ayuda en eso.

—¿Dicen? Hablas como si no tomaras...

—Los deportistas no deben tomar, y aunque no me convertí en uno hasta hace poco siempre llevé una vida bastante saludable —le explicó.

La chica hizo un puchero con sus labios.

—Emborráchate conmigo, Chris —pidió mirándolo.

Y él sabía que no necesitaba que se lo dijeran dos veces, si había que emborrarse se emborrachaban y punto.

O al menos ese era su pensamiento horas atrás, cuando llegaron a un bar mucho más sencillo que en el que Brooke había estado horas antes, y se habían puesto a beber de lo más cargado que el camarero les ofrecía, no le pareció tan buena idea.

—Me duele la cabeza —se quejó Brooke llevando una mano a esta, con la otra se sujetó de la barra para no perder el equilibrio.

—A mi también —admitió Christopher, porque había tomando mucho menos que ella pero aún así su poca experiencia con el alcohol estaba pasando factura.

—Ya no me acuerdo ni porque quería emborracharme —dijo riendo.

Él la imitó, sin ninguna razón. Al fin y al cabo, no debería de haber razones para reír.

Sin embargo, si risa se vio cortada cuando la rubia lo besó con ganas.

Se sorprendió, pero no dudó en seguirle el beso. Sus labios se sentían dulces aún con el sabor del alcohol encima. Por lo que no tardó en succionar su labio inferior con los suyos, el gemido que se escapó de la boca de la chica fue suficiente para prenderlo.

—Creo que debíamos de parar —dijo él al ser a guiado a sabe Dios que parte del bar.

—No, es de mala educación empezar algo y no terminarlo —murmuró cerrando la puerta, ahí fue cuando Christopher se dio cuenta de que estaban en el baño.

—Bonita, no traigo condones encima... No creo que sea buena idea tener sexo.

—Siempre queda la opción de tomarme la pastilla al día después.

—No vas a aceptar un "no" como respuesta, ¿verdad? —cuestionó divertido.

—Chico listo —respondió guiñándole un ojo.

Christopher la agarró de la cintura y la alzó, pegando su espalda a la pared, su vestido se subió lo suficiente gracias a la acción. Bajó la cremallera de su pantalón y liberó su polla, la cual estaba semierecta, con un par de bombeadas fue suficiente para ponerla del todo erecta. Con sus dedos apartó la tela de sus bragas hacia un lado y, tras comprobar que tan mojada se encontraba la chica, alineó su polla en ella y se hundió lentamente.

Ambos dejaron escapar un suspiro al mismo tiempo, las manos de Brooke se encontraban muy entretenidas en el cabello de su acompañante mientras él se dedicaba a besar su cuello.

—Muévete, por favor... —suplicó.

Él obedeció al instante, empezando a mover sus caderas a un ritmo lento y pausado que con el paso del tiempo se conviertieron en embestidas rápidas y bruscas, que tocaban el punto rico de la chica cada vez que entraba en ella.

—Damn —maldijo por lo bajo.

—No me finas en inglés que me pone más cachondo —murmuró Christopher contra la piel de su cuello.

Y tanto que si.

No tardaron más de veinte minutos en alcanzar un orgasmo compartido, corriéndose a un mismo tiempo y gimiendo el nombre del contrario.

Las piernas de Brooke temblaron ligeramente cuando sintió el semen de Christopher en su interior, resbalando por ella. Se sentía cálido y espeso.

—Jodida mierda —murmuró él dejando que los pies de ella tocaran el suelo, tomó un trozo de papel con sus manos y se dedicó a limpiar a la joven.

Ella no hizo más que mirarlo, encontrándose con la erótica imagen de Christopher arrodillado frente a ella con la mirada clavada en sus muslos muestras se encargaba de limpiar el semen que corría por estos.

Me necesitaWhere stories live. Discover now