Capítulo 12

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El motel al que habían ido no tenía nada de especial, pero al menos no lo harían en los baños como la última vez... O en los vestuarios como la última vez que se acostó Brooke con Brandon.

—¿Estás segura de que quieres hacer esto?— preguntó cerca de su rostro mientras sus manos acariciaban su cabello.

—No te quieras hacer ahora el chico correcto — dijo antes de atacar su boca y besarlo de forma fogosa—. ¿Qué tal si me follas de una maldita vez?

—Que directa eres, Brooke —murmuró divertido antes de mordisquear su labio inferior—. No soy quien para negarte algo que desees, preciosa.

La llevó hasta la cama y tras quitarle el vestido que esa noche llevaba puesto, dejó que se acomodara en el colchón. Fue rápido en deshacerse de su camisa y dejarla caer al suelo mientras que las ágiles manos de la rubia bajaban la cremallera de su pantalón.

Cuando lo único que quedaba en sus cuerpos era la ropa interior volvieron a besarse, esta vez de una forma más desenfrenada que antes. Las manos de Christopher fueron a su espalda para desabrochar su sostén y tirarlo a algún rincón de la habitación.

La besó después entre los pechos muy lentos y delicadamente, recorriendo cada centímetro de aquella deliciosa piel tan suave como el terciopelo. Él sintió el palpitar de su corazón bajo sus labios, su propio corazón respondía a aquel latido. Se debatía entre el deseo y la moralidad, intentando moderarse.

Sus dedos tomaron el elástico de sus bragas y las deslizó por sus piernas hasta finalmente sacárselas, dejó un camino de besos húmedos por sus piernas hasta llegar a la cara interna de sus muslos.

—Por favor...— susurró ella cerrando sus ojos.

—No tienes que suplicarme, Brooke —le hizo saber antes de deshacerse de la última prenda que impedía el contacto directo de sus cuerpos.

Se hundió en ella con delicadeza, permitiéndose ambos disfrutar la acción y gemir a un mismo tiempo.

Pero el sexo entre ambos no podría catalogarse como algo suave porque claramente no lo era, al principio empezó siendo lento y delicado pero tan solo fueron necesarias unas cuantas embestidas para que el ritmo aumentara, la fricción fuera mayor y el placer aumentara.

Solo ellos fueron testigos de lo que esa noche ocurrió en esa habitación del motel.

¿Que se regalaron mutuamente los mejores orgasmos? Pues si.

¿Que durmieron abrazados como si hubieran hecho el amor? También.

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