Capitulo 5

45 9 6
                                    

|Precaución, esta parte de la historia contiene smut.|

A Brooke no le sorprendió el lujo del que estaba rodeado Brandon en su departamento, lo bien ordenado que tenía todo o la perfecta decoración.

No tuvo siquiera tiempo a preguntar ya que los labios del joven enseguida atacaron los suyos, envolviéndola con la magia y el placer del momento.

Sintió su cuerpo ser guiado a alguna parte del departamento, el cual suponía que sería la habitación del joven.

—Abre los ojos, hermosa — susurró él cuando sus labios se despegaron.

Ella le hizo caso, la luz de la habitación estaba encendida y a pesar de que sus ojos se fijaron en la estantería llena de medallas y trofeos de fútbol, en seguida volaron hasta la cama adornada con pétalos de rosa al igual que el suelo.

Brandon sabía que esto sucedería y en cierto modo eso llegaba a incomodarle.

Ella se giró para verlo y encontrárselo ya sin camiseta, su tonificado abdomen se había ganado su mirada y sus dedos picaban por tocar.

—Ven, preciosa — dijo él llevándola a la cama, acomodó su cuerpo en el colchón y volvió a besarla—. Esto te gustará, tranquila.

Ella sabía eso, su parte racional estaba empezando a nublarse por el placer que le brindaban sus besos y el roce de sus manos en su ya desnuda piel. De alguna forma u otra, Brandon habi logrado deshacerse del vestido y arrojarlo al suelo.

—Brandon... — gimoteó cuando sintió su cálida lengua delinear su clavícula.

—Lo sé, hermosa, estás tan cachonda como yo... Pero necesitamos ir despacio — dijo contra su piel, sus dedos viajaron a su espalda y desabrocharon con facilidad su sujetador.

Brooke hizo un ademán de llevar sus manos hacia sus pechos pero él se lo impidió de inmediato.

—No te tapes, no conmigo — dijo él, mirándola a los ojos.

Se sentía bien con él, segura de sí misma y de su cuerpo. Como si no hubiera imperfecciones y todo estuviera... Bien.

Quedó completamente desnuda ante los ojos del muchacho y él no hizo más que brindarle una sonrisa.

Se alejó unos centímetros, metiendo la mano en el bolsillo de su pantalón y sacando un condón de allí. Dejó este sobre el abdomen de la chica mientras que se deshacía de su propia ropa.

A Brooke le fue inevitable no posar su mirada en el buen cuerpo de él, porque cuanto más miraba más le gustaba.

Sus mejillas se tornaron rojas al ver que ya se encontraba completamente erecto, todo gracias a los candentes encuentros de hace momentos. Él rompió el plástico con sus dientes y puso el condón en su erección, asegurándose de presionar la punta para que no quedada aire dentro.

—Mírame a los ojos mientras lo hago —le pidió llevando sus manos a su cintura.

La punta de su glande presionaba en su entrada, y a pesar de que se encontraba mojada, la simple presión dolía.

—Brandon... — murmuró temerosa, él la calló con un beso sabiendo que entraría en pánico si no lo hacía. Y se hundió en ella, haciendo que gimoteara dolorida contra su boca.

—Pasará —le dijo acariciando la piel de su cintura.

—Duele... Duele como el infierno.

—Lo único que puedo hacer es que ese dolor se vuelva placer... Pero necesito que resistas los primeros minutos.

Ella cerró los ojos con fuerza y asintió, su virginidad no le estaba ayudando demasiado.

Él salió de ella con lentitud para después volver a adentrarse, así repetidas veces hasta que la fricción dejó de ser tan molesta. Hasta que el cuerpo de Brooke se adaptó al suyo, haciendo que cada vez que embistiera en ella fuera más placentera que la anterior porque su cuerpo ya lo estaba esperando con antelación.

—Joder, Brooke...—maldijo atrapando su labio inferior con sus dientes, sentirla tan cálida y estrecha a su alrededor lo enloquecía, además ella había empezado a dar caricias en su ancha espalda.

—Sólo hazlo, Brandon —respondió entre jadeos.

Porque sabía que estaba cerca de eso que denominaban orgasmo. Sus ojos amenazaban con cerrarse, su respiración estaba agitada, su cuerpo sudoroso, sus músculos tensos y una rica sensación se formaba en su vientre bajo.

Sin querer queriendo, clavó sus uñas en la espada de Brandon y echando su cabeza hacia atrás llegó al tan ansiado orgasmo. El primer osgasmo de su vida, uno que el había proporcionado nada más y nada menos que Brandon.

El recién nombrado no tardó demasiado en correrse dentro del condón. Y tras permanecer varios segundos tratando de recuperar el aliento, salió de ella y tiró el condón a la basura.

Me necesitaWhere stories live. Discover now