Epílogo

33 6 0
                                    

Brandon y Christopher habían empezado a llevarse bien, sin rencores por parte de ninguno de los dos. Después del entrenamiento habían salido a tomar algo los dos juntos, al día siguiente repitieron la acción... Y así hasta que una carta llegó a sus manos.

Esa carta.

El árbitro se la había entregado con una sonrisa débil en los labios, y ellos la habían leído sin saber lo que les esperaba después. Las lágrimas no tardaron en brotar de sus ojos y deslizarse mejillas abajo, quisieron decir mil y una cosas en ese momento pero de su boca lo único que salían eran sollozos.

—¿Por qué?— preguntó Brandon en un hilo de voz—. Ella no puede irse y dejarme, me necesita.

—Querrás decir que nos necesita, a ti, a mi, a los dos...— lo corrigió Christopher mientras se sorbía la nariz—. No puedo creerme que esto sea cierto...

Volvieron a releer la carta, ahora el papel se encontraba mojado debido a sus lágrimas y algunas palabras eran difíciles de leer.

La presión que sentían en su pecho, como se les encogía el corazón al volver a leerlo, esa sensación donde tus pulmones no tenían el suficiente aire... Ese sentimiento de dolor, donde te encuentras destrozado y con el corazón roto.

En un gesto que ninguno de los dos creería que pasaría si se lo dijeran meses atrás, se abrazaron, consolándose el uno al otro.

No tenían ni la menor idea de porque ella había decidido irse, todo iba bien... ¿No? Parecí difícil de creer que después de todo lo vivido Brooke se alejara de ellos, justo cuando no había rivalidad entre ellos, cuando las cosas estaban yendo a la perfección...

—Ella volverá...— susurró tratando de autoconvencerse a sí mismo.

Pero no fue así. Los días pasaron, con ellos las semanas y también los meses. Nada cambió, ella no regresó.

Ese dicho de "me necesita" había sido en vano, Brooke no necesitaba a nadie más que a ella misma y así lo estaba demostrando.

Parecía que eran ellos quien verdaderamente la necesitaban, su presencia, verla sonreír, esa forma tan única de expresarse, sus caricias, sus besos... Simplemente a ella.

Llegó un momento en el que tuvieron que dejarla en el pasado, porque tenerla en su presente cuando ella no estaba presente no les beneficiaba en nada. Pero era difícil. Antes de cada partido pensaban en ella, pues el fútbol había sido su punto de unión y conexión. Que su padre fuera árbitro no ayudaba demasiado porque también les recordaba a ella. 

Me necesitaWo Geschichten leben. Entdecke jetzt