Capítulo 4

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El día de la cita había llegad. Antes de las ocho, Brooke decidió comenzar a prepararse, se duchó, se alisó el pelo y cogió una de sus mejores vestidos, este era rojo con un gran escote y de un largo un tanto considerable ya que llegaba a la mitad del muslo, también cogió unos de sus mejores tacones de color negro y su bolso favorito. Si iba a tener una cita con un jugador de fútbol como Brandon, debería de estar a la talla, así que esa noche lucía sus mejores galas.

Se encaminó al bar de la esquina en el que tantas noches había pasado con sus amigas. Dadas las ocho y cuarto Brooke entró en el local y al final de este divisó a Brandon ya sentado con una copa de vino blanco en su mano derecha.

—Hola, ¿qué tal todo? —preguntó Brooke, de forma muy casual.

A lo que él respondió— Muy bien, por cierto estás preciosa.

Ella dio una risotada y se sentó al lado de su acompañante.

—¿Qué tal tu pierna? —cuestionó la joven, señalando esta con su dedo índice.

—Está bastante bien solo era un esguince por lo que tengo que estar un par de días sin jugar pero nada más —se encogió de hombros, restándole importancia—. No voy a morirme de esta.

—Pues me alegro mucho porque no me imagino ir al partido y no verte jugar.

—Yo tampoco la verdad, este lleva siendo mi sueño desde que soy pequeño y si no llego a poder jugar mataría Vélez ya que estaría arrebatándome una de las cosas que más ilusión me lleva haciendo desde que tengo uso de razón.

—Cálmate que tú no vas a matar a nadie. Solo fue un pequeño error, nada más —excusó al jugador del equipo rival que había conocido el día del partido.

—Eso es lo que tú dices, no conoces la historia que tiene detrás toda nuestra enemistad —le respondió Brandon con un tono un poco rudo.

—Perdona, no quería hacer una pregunta que te incomodara —le respondió Brooke.

—No pasa nada solo son algunas cosas del pasado. Pero bueno no vamos a estropear esta maravillosa velada con estupideces que no valgan la pena... ¿Qué tal tu día, preciosa? —inquirió Brandon en un tono de voz sensual, desviando el tema de conversación para llevarla a su terreno.

—Muy bien —respondió esta mientras atrapaba el labio inferior entre sus dientes—. Mi vida no es demasiado interesante, ¿sabes?

Tras unos minutos de conversación el camarero se acercó y le extendió las cartas, cada uno escogió sus platos y después cenaron con un tema de conversación agradable y fluido.

—Bueno, ya hemos acabado la cena pero me pareció muy poco el tiempo que estuve contigo... ¿que te apetecería hacer ahora, preciosa?

—Pues no sé, si quieres nos vamos a tomar unas copas — respondió Brooke con un tono muy coqueto que hizo que Brandon se estremeciera.

—Vamos al bar de enfrente allí hay muy buenas copas y de muy buena calidad, te invito yo, tú tranquila —habló.

—No de eso nada, tú ya me invitaste a la comida ahora pago yo —refutó, lo que menos quería era parecer una chica de esas que se aprovechaba del dinero de otros.

—No vamos a estar peleando sobre dinero, anda venga tira para adelante —respondió Brandon en un tono burlón, pues para él el dinero era lo de menos.

Ambos se rieron y cruzaron la calle entrando en un pub bastante lujoso, lleno de luces de colores, dándole un aspecto juvenil. Tras pedir sus respectivas bebidas ambos jóvenes comenzaron a disfrutar de la noche. Pasados unos quince minutos comenzó a sonar "I gotta feeling" de the black eyed Peas, una canción que no faltaba en el playlist de la rubia ya que era una de sus favoritas.

—¡Me encanta esta canción, es una de mis favoritas! —le hizo saber Brooke a Brandon y ambos comenzaron a bailar dándolo todo, como si la pista de baile estuviera hecha única y exclusivamente para ellos.

No, no llamaron la atención de todos los que estaban a su alrededor como en las películas americanas. Solo se centraron en esos cuatro minutos y cuarenta segundos que duraba la canción.

Cuando esta terminó, Brandon se acercó al oído de la joven y le susurró:

—¿Quieres llevar esto a mi apartamento? —usando su tono más coqueto.

A lo que la joven asintió, sabiendo en donde se metía, dejándose llevar por lo que él le provocaba y lo que el alcohol en su cuerpo incitaba.

Me necesitaWhere stories live. Discover now