C A P Í T U L O 43

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—Vamos Katherine. Ni se te corra cerrar los ojos. ¿Vale? —Le digo mientras la cojo entre mis brazos y salgo de esa asquerosa casa y ajándonos de Justin. Obviamente le cogí la pistola, no me quería arriesgar, aunque no pudiera levantarse, no me iba a arriesgar.

Salimos de la casa, y empezar a caminar sin rumbo por la carretera. La casa donde Justin nos había capturado. Empecé a caminar sin parar.

Agacho la mirada cada vez en cuanto para ver que Katherine sigue teniendo los ojos abiertos.

Camino por la carretera, hablándole a Katherine para que no cerrará los ojos.

Me sentía muy nervioso, asustado, horrorizado por todo lo que había pasado y por lo que le podía pasar a Katherine. Yo realmente la quiero. Ha conseguido que mi corazón vuelva a latir de amor, y si ella muriese y corazón morirá con ella. Puede que sea muy dramático mi declaración pero es lo que realmente siento.

Pensaba que no me volvería a enamorar después de mi primer amor, pero me equivoqué, me volví a enamorar, y con comparación a mi primer amor, eso no fue nada comparando con este amor que siento por ella. Katherine es una chica única, y yo la adoro y la quiero muchísimo y su pérdida me dolería demasiado.

Estaba desesperado, seguía caminado y no encontraba nada, ninguna cartel ninguna señal, nada de nada. Y ya me estaba preocupando demasiado.

Cuando creía que ya no había nada más que hacer vi un coche viniendo en mi dirección. Sentí un gran alivio cuando lo vi, un poco de ilusión también.

Me pasó una idea descabellada por la mente. Me paré delante del coche y esperé a que frenara. Y el coche creo que no me vio y cuando lo hizo freno de golpe y a punto estuvo de darme. El conductor bajo rápido de su vehículo y seguramente tenía pensado a chillarme pero no dejé hablarle y me acerqué a él con Katherine en los brazos.

—Por favor. Ayúdenos. —Digo medio llorando, estaba pasando un miedo terrible. Tenía miedo de perderla. No podría con ello.

—¡Oh Dios mío! — El señor al vernos así nos dejó entrar en su coche y no perdió el tiempo para arrancar y llevarnos a un hospital.

El mismo señor que no estaba llevando no para de preguntar lo que había pasado, entiendo que en una situación alguien te pregunte eso, pero ahora mismo quería hacer de todo menos hablar de lo sucedido, ya hablaré de lo que ha ocurrido con los policías.

Tenía unas ansias de llegar al hospital y que salvaran a Katherine. Pero por dentro tenía un fuego abrasador buscando sangre, la sangre de Justin. Ese hijo de la gran puta me pagará todo lo que ha hecho.

Todavía sigo sin entender como es que Katherine llegó a las manos de Justin. Pensé en la probabilidad de que la sacó de su casa y la secuestro, pero de luego dejaba de pensar en eso porque los padres de Katherine siempre estaban en la casa, y si no estaba uno estaba el otro. Entonces pensé el la probabilidad de que Justin tenía un cómplice, y si mis sospechas eran ciertas esa persona también las iba a pagar. 

Agacho la cabeza cuando veo que Katherine tiene los ojos cerrado y que no los abría cuando le daba golpes mi corazón se acelero de una manera impresionante, quería salir de su lugar. Le dije al conductor que se diera más prisa. Mis nervios estaban a flor de piel, mis manos temblaban del miedo que sentía en ese momento. Estaba pensando en lo pero.

Por favor Katherine, tu tampoco.

Llegamos a un hospital, el señor para el coche y yo bajo corriendo sin darle las gracias al señor. Entro corriendo al hospital pidiendo ayuda para Katherine.

Una mujer y un hombre vienen con una camilla a socorrer a Katherine, la tumban en la cama y va corriendo a una sala para tratarla. Mientras la llevan a la sala yo le explico todo a la doctora, le doy los datos y luego le cuento el suceso y lo de la bala.

No me permiten entrar a la sala, se porque no puedo entrar pero me enfada muchísimo no poder estar ahora con ella.

Los policías ya han llegado, igual que mis amigos, mis padres y sobre todo los padres de Katherine.

A los policías les dije todo lo que ha pasado, y los acompañe a donde estuve encerrado por tres días. Todavía ahí estaba el hijo puta, medio muerto por la herida causada por mi. Los policías cargaron al medio muerto al coche policía y se lo llevaron para el hospital más cercano a una comisaría de policía. El otro coche me llevo de vuelta a mi al hospital donde Katherine. Donde pertenecía ahora mismo.

Llego al hospital, subo los pisos para llegar a la planta que me corresponde. Llego y cuando mis padres me ven saltan de sus asientos y se acercan a mi corriendo. No sé como podía describir la expresión de su cara. Me empiezo a agobiar demasiado.

Maitia... —Mi madre empieza a hablar pero mis nervios están a flote y pienso lo peor. Dejo de escuchar porque caigo desmayado al suelo de golpe al pensar que Katherine puede estar muerta.

Katherine, tú no por favor...

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Continuará...

SHE IS MINE  ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora