C A P Í T U L O 36

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Al estar ya tumbada el lo único que pienso es en Aritz. En la manera en la que me miraba en sus ojos se reflejaba el enfado y la impotencia, y en la manera en la que me grito la ira y la desesperación. 

Estábamos tan bien. No entiendo a que vino ese comportamiento.

Mis lagrimas siguen cayendo en cascadas, mojando mis mejillas de pena y dolor. 

Y así me quedo dormida, pensado en que sucederá.


***


Hoy, Lunes. Sigo sin saber nada de Aritz. Llevo todo en  fin de semana llamándolo y  enviando mensajes que no los contesta, hasta fui a su casa y sus padres me dijeron que no se encontraba bien y que no era buena idea verlo, su madre la verdad estaba un poco nerviosa y se le veía preocupada cuando me miraba. ¿Qué esta pasando?

Me preparé para ir al instituto. No tenía ganas de nada, así que me puse una camiseta de manga larga,  unos  pantalones vaqueros largos negros con una botas militares también negras, y ya que hacía un poco de frió se puso una sudadera gris. El invierno se estaba acercando. 

No quiso pararse a desayunar así que paro en una cafetería y se cogió para llevar un café con leche. 


***


Estábamos en la última clase del día, Matemáticas.

En todo el día estuve buscando a Aritz. No entró a ninguna clase que teníamos juntos, ni comió con nosotros, les pegunte a sus amigos qué le sucedía, ellos por un momento se miraron y luego volvieron a  mirarme a mi. Lo único que salió de los labios de Daniel fue un simple.

—No lo sabemos. 

La verdad es que me molestó bastante ya que yo sabía que ellos sabían lo que le pasaba a Aritz y no me lo quisieron decir. Tampoco quise insistir, porque sabía que no me lo iban a decir. 

Me estaba preocupando cada vez más.

Decido coger mi teléfono y llamarlo. 

—Vamos. —Digo alargando la A. —Coge el maldito teléfono. 

—Hola. —AL solo decir un simple hola un suspiro sale de mi. 

—Hola. —Digo con alegría. —¿Cómo has estado?

—He estado mejor. —Puedo percibir que por su voz esta nervioso. 

—¿Donde has estado? ¿Porque no has venido al instituto?

—Katherine, tenemos que hablar. —A las preguntas que le hice no le hace ni puto caso.

—¿De qué? —Pregunto nerviosa. 

—Hoy, a las cinco en la plaza. —Dice y corta la llamada sin dejarme hablar, ni siquiera despedirme. 

SHE IS MINE  ✅حيث تعيش القصص. اكتشف الآن