SHE IS MINE ✅

C A P Í T U L O 33

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—Aritz, ¿y si vemos una película? —Le digo al ver un cine.

—Vale, pero ninguna romántica.

—Como quieras, a mi me da igual mientras halla palomitas por mi está bien.

—Vale. —Dice riéndose.

Aritz escoge la película y entrando en la sala, yo con el paquete más grande que había de palomitas y una botella de agua, Aritz en cambio coge solo una coca-cola.  Esta sala de cine tiene diez filas de asientos, en mi opinión la mejor fila para ver una película es la octava. ¿Porque? Pues no se porque.

—¿Que peli has elegido? —Pregunta.

—Feliz Día De Tu Muerte 2.

—¿Cual es esa?

—No tengo ni puta idea, solo lo he escogido porque se supone que es de miedo. Ademas dicen que las películas de miedo para citas son muy románticas.

—Ah bien. —Digo riéndome. La verdad no me gustan las películas de miedo, prefiero mil veces las de comedia.

—Si te da miedo puedes coger mi mano.

—Vale. —Le digo sonriendo.

Las luces de la sala se apagan y la película comienza.

Había partes en la que cuando aparecía el asesino con la careta del bebe me daban sustos y cogía el brazo de Aritz como si fuera un peluche. Cada vez que lo cogía el brazo el se reía de mi y luego me daba un beso en la frente. Estaba muy amoroso, y muy cariñoso conmigo, me encantó esta idea de ir al cine con Aritz y que me tratara así.

Aritz intenta coger un poco de mis palomitas, pero no llega ni a tocarlas ya que lo doy un manotazo a su mano y lo miro con cara de asesina.

  —¡No toques mis palomitas! —Le digo amenazante.

—Venga Kath, solo unas poquitas. —Dice haciendo pucheros, yo me resisto ya que ha puesto una carita muy mona.

—¡Nop!

—Porfiiii....

—No es no.

—¡Joder! Yo solo queria unas palomitas de mi novia. —Katherine resiste.

—Pues tu novia ha decidido no darle palomitas a su novio. —Al terminar esa frase Aritz se acerca a mi y me dice.

—Que bien suena eso de tus labios. —Y me roba un beso.

Cuando se separa me doy cuenta de que aparte de robarme un beso tambien me ha robado palomitas.

—Seras capullo. —Le digo y él sonríe. —Si vuelves a besarme para robarme palomitas no te volveré a besar.

—No aguantarías.

—¿Qué no? —Le preguntó. —Pues yo te digo que si, no te volveré a besar.

—Yo se que no te me resistirás. —Dice con una sonrisa de arrogante.