Fingiendo ser una de ellos [Completa] ✓

13. Necesito que me hagas un favor

El sábado por la mañana los chicos empacaban para ir a pasar el fin de semana con sus familias. Lo que significaba que tendría que pasar estos dos interminables días sola en el internado. En un momento, tuve la leve intención de volver a casa pero me acobarde y decline la idea. Esperaba que las cosas se solucionaran con mamá, pero a la vez quería darle su tiempo y espacio, sabía que tarde o temprano una de las dos cedería, sin embargo, hoy no parecía ser el caso.

Estábamos en la sala de descanso junto a mis dos amigos; ambos esperaban la llegada de sus respectivos choferes, quienes los llevarían a casa. A veces se me olvidaba que compartía habitación con el hijo de uno de los dueños de este colegio, así es, Jonny mi buen amigo estaba en todo su derecho de comunicar que se estaba infringiendo una de las reglas primordiales y de ese modo, yo estaría en graves problemas. Sin embargo, su lealtad y era un verdadero regalo.

—De seguro mis padres no estarán —comentó Azael—. Siempre estan de viaje, pero yo voy a ver a mi abuela, ella si me está esperando —agrego sonriendo.

—De seguro mis padres si estarán, y me agobiaran con sus reglas —esta vez hablo Jonny.

Los miré a ambos, parecían dos chicos frustrados por tener que volver a casa, mientras que yo era lo que más anhelaba— Lo lamento —dije despacio—, me gustaría que se queden conmigo.

—No te preocupes, solo serán dos días. Luego volveremos por más locuras —nos animó Azael. A lo cual, los tres sonreímos en conjunto.

Estábamos conversando, cuando la presencia de una pelirroja muy alegre se hizo presente en la sala. Durante este tiempo que llevaba aquí, Grace me había parecido una chica muy agradable, pocas veces se relacionaba con los chicos del internado, pero algunos de ellos si buscaban su atención. Casi siempre estaba estudiando y si no era así, ayudaba a Margaret con la cocina.

—¡Querida, Grace! —Exclamó Azael, eufórico—, ven, déjame presentarte a nuestro amigo —dijo cargando la voz en la última palabra, tuve que golpear su hombro para que se calle.

—Oh, ya lo conocía, Elliot, ¿verdad? —preguntó sonriente. Asentí en respuesta con la misma sonrisa. No quería fingir delante de ella porque parecía una chica agradable, pero no tenía opción—. Mucho gusto —agregó dándome la mano.

Me percaté de como Jonny, esquivo todo tipo de contacto visual con ella y centró su atención en sus dedos, los cuales los movía con cierto grado de nerviosismo. Ella en cambio, intentó buscar atención de su parte, pero no dio resultado.

Azael me dio una mirada con suspicacia y curiosidad. Ambos teníamos el mismo presentimiento o quizás estábamos formulando una película errónea—. Así que... —habló el moreno, divagando—, ¿trabajaras este fin de semana?

—Así es —respondió ella muy alegre—, mamá necesita ayuda y un poco de dinero no me vendría mal para empezar ahorrar —agregó sonrojándose.