32. Último día

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Sabía que una vez que entrara por esa puerta me encontraría con el verdadero problema, uno con nombre y apellido; el director Nickolas Milson

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Sabía que una vez que entrara por esa puerta me encontraría con el verdadero problema, uno con nombre y apellido; el director Nickolas Milson. Quise centrar mi atención en él, en cómo le explicaría los hecho y si me entendería o no, pero todo fue interrumpido por la presencia de tres personas más que estaban en la oficina.

Observé a Jonny y Azael, ambos estaban serios y rígidos, de pie al costado derecho del director manteniendo una distancia prudente. En cuanto me vieron entrar me miraron con compasión, como si me pidieran disculpas, pero yo solo les sonreí. Al lado izquierdo estaba William, en cuanto entré me miró de manera neutra, no había ni un ápice de expresión en su rostro, pero no pasó desapercibido para Danniel.

—Eres un maldito cabrón —espetó Danniel despectivo hacia William.

—¿Crees que fui yo? —preguntó él con fingida inocencia.

—¿Y quién más?

—No lo sé. Por si no te has dado cuenta aquí hay más personas —se defendió el rubio—, ¿qué nos puede asegurar que no fuiste tú?

El semblante de Danniel se endureció y miró de manera ferviente a William. Intentó hablar pero enseguida el director se interpuso entre ambos.

—Se callan los dos —hablo el director con autoridad—. Aquí la única persona que tiene que dar explicaciones es el joven Duarte, o debería decir... señorita Duarte, si es que me puede asegurar que de verdad ese es su apellido.

Sus ojos se proyectaron en mí desafiándome, parecía molesto, y obvio lo estaba, había roto la principal regla de su preciado colegio, por lo tanto su reputación estaba en juego, al igual que mi futuro.

—Y bien ¿no tienes algo que decir? —interrogó, caminando a una distancia intimidadora a mi dirección.

—Yo... —temía decir algo equivocado. El director alzo una ceja esperando a mi respuesta de manera escéptica.

—Si tuviste la audacia de engañarnos a todos con ese disfraz de chico, ahora deberías tener el valor de asumir tus errores —esta vez hablo el inspector. Su voz intentó parecer autoritaria, pero solo me estaba fastidiando, él quería quedar bien con el director y nada más.

—E-está bien... —hable en voz baja, pero audible. Mi mirada estaba sobre el piso, me sentía vulnerable y sin pretextos para defenderme—. Yo... no soy Elliot Duarte —di una bocanada de aire y lo miré de frente—; soy su hermana.

Todas las miradas estaban puestas sobre mí. El director guardo silencio inspeccionándome con el ceño más fruncido que antes.

—¿Sabes que haz roto la principal regla de este colegio? —cuestionó en un tono severo.

—Lo sé. —Respondí.

—Haz involucrado a tus compañeros en esto, y de seguro también se verán afectados —aseguró señalándolos—, haz desprestigiado mi colegio, le haz quitado la beca a tu hermano y ¿con que fin?. Solo por un jueguito infantil de una jovencita que quería llamar la atención —finalizó, dejándome indefensa.

Fingiendo ser una de ellos [Completa] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora