Fingiendo ser una de ellos [Completa] ✓

15. Una verdad entre rivales

El día lunes fue muy agobiante, no por el hecho de haber tenido prueba durante la primera clase, sino porque en más de una ocasión me encontré con los ojos siniestros de William Milson.

Cada vez que pasaba frente a él sentía que debía hacerme a un lado, como si fuera un simple estorbo. Ni siquiera se inmutaba, su expresión había cambiado de manera inminente, se paseaba por los pasillos del New Center junto a sus dos amigos insinuando respeto, como si todo le perteneciera.

Me molestaba en sobremanera su actitud, ni siquiera podía suponer con exactitud cuál era el motivo de comportarse como un verdadero idiota. No tenía ni el más mínimo interés en andar divulgando a todos sobre su despechoso afán de competir con el obstinado de Danniel. Lo que de verdad me ponía los pelos de punta era que él sabía algo de mí, pero no sabía hasta qué punto llegaba su conocimiento.

Sus palabras fueron claras, pero no así su mensaje cuando se refería a mi secreto.

Me sentía acorralada, Danniel ya estaba chantajeándome y ahora William me amenazaba, ¿qué era peor? o más bien, ¿cuál de los dos era más idiota?

—Entonces, Ellie...

Me giro hacia Azael desconcertada, él me miraba con ojos expectantes, mientras que Jonny no ocultaba su molestia ante mi incredulidad.

—Disculpa, ¿qué estaban diciendo? —pregunto, intentando colocar mis sentidos en su lugar.

—¿No escuchaste nada de lo que te dije? —acusa dolido.

—Lo siento, estaba pensando en... —me detuve al darme cuenta que mi respuesta podía escucharse absurda para ellos, además no tenía pruebas para concretar mi teoría—, nada, ¿puedes repetirlo?

Azael da un bufido cabreado, luego vuelve a reincorporarse y se dispone hablar.

—Te decía que en dos días es mi cumpleaños y no quería celebrarlo, pero cambie de opinión. Ahora si lo quiero celebrar porque no todos los días uno cumple dieciocho, así que planeaba festejarlo con ustedes en mi bar, ¿qué dices? —pregunta con entusiasmo.

Me puse a pensar en todos los posibles inconvenientes que tuvimos la primera vez que salimos de fiesta, y comenzaba a creer que era una mala idea, pero mi lado bondadoso pensaba en que era el cumpleaños de mi amigo y merecía pasarlo bien, así que deje de lado toda negatividad y solo asentí.

—Puedes contar conmigo —aseguro dándole una sonrisa.

Jonny al escuchar mi respuesta me mira atemorizado. Su rostro palideció y pude notar como presionaba con fuerza la computadora contra su pecho.

—¿Qué pasa contigo? —le pregunto burlándome de su expresión fúnebre.

—Jonny me dijo que iría solo si tu aceptabas —me informa Azael—, y has dicho que si, por lo tanto no le queda de otra opción que ir.