5. Será mejor que obedezcas

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No tenía ni la más mínima intención de quitarme la polera

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No tenía ni la más mínima intención de quitarme la polera. Sería como arrojarse voluntariamente fuera de este colegio y, claramente no es algo que quiero. Me encontraba de pie, estupefacta, intentando encontrar las palabras adecuadas para describir el hecho de que un profesor de cuarenta años —quizás más— le gustaba lucirse y competir con sus propios estudiantes.

Si Jonny estaba en lo cierto y aquí todos competían, pues entonces yo tendría que ser la excepción, bueno, en realidad junto a mi amigo, ya que él no mostraba indicios de quedar al descubierto. Ambos éramos la muestra existente de la inferioridad física, ni siquiera juntos le ganaríamos al más débil de todos los chicos que estaban sin polera.

—¡Todos reúnanse en formación! —exclamó el profesor Carter. Su voz sonaba con si fuera el mismísimo general hablándoles a sus soldados— Voy a pasar por alto su holgazanería de engordar y estar fuera de forma. Si alguno de ustedes no sigue el entrenamiento, les prometo que lo voy a dejar toda la tarde haciendo flexiones de brazos con supervisión y créanme, no es nada agradable.

Sentí escalofríos. Seguramente fui la única que se percató del tono de voz que utilizó el profesor Carter al hacer esa referencia. Y seguramente yo sería una de esas personas que pasaría toda la tarde haciendo flexiones de brazos.

—Pero si es el chico de los números.

La voz de William llegó a mis oídos. El rubio se incorporó a mi lado regalándome una sonrisa amigable.

No lo entendía, algunas veces era desafiante y otras veces era un chico simpático. Lo miré, pero mis ojos se volvieron involuntariamente a su cuerpo desnudo y bien definido. Me recrimine mentalmente recordando que aquí yo igual era un chico. Desvié mis ojos en otro ángulo que no perturbara mi atención.

—¿Acaso tienes frío? —me señalo mi polera, con una ligera sonrisa.

—Y tú pareces tener calor —comente irónicamente. Me sentí perturbada, tenerlo tan cerca y con su cuerpo completamente expuesto a mis ojos era una tortura—. Créeme, no tengo mucho que enseñar —añadí.

—Aun así, creí que esto era un desafío —dijo con convicción, cruzándose de brazos.

—No todo en la vida es competencia, William.

Mi comentario pareció causarle gracia, ya que dio una carcajada sonora, lo que llamó rápidamente la atención del profesor. Se incorporó frente a nosotros fulminándonos con la mirada.

—Voy a poner una nueva regla, si no prestan atención igual serán castigados —dijo cargando la voz de manera pausada—. Si siguen mis instrucciones, de aquí a fin de año todos terminaran en excelentes condiciones, bueno... casi todos —agregó, mirando a Jonny y a mí con escepticismo.

Su comentario me hizo sentir como Steven Roger, por mi estatura y condición física era menospreciada y claramente mal catalogada para una misión. Me percaté de que a mi lado Jonny estaba serio, no mostraba ningún ápice de sentimiento en verse afectado.

¿Acaso estaría acostumbrado a este tipo de comentarios de parte del profesor Carter?

Una vez que dio las instrucciones —nada sencillas debo mencionar— todos comenzamos a tomar posición, dispuestos a escuchar el silbato que daría la orden de inicio de la tortuosa clase. Antes de que pudiera escuchar ese sonido, hizo interrupción la llegada de Danniel Cross, junto a su amigo Nathan. Ahora conocía su nombre, debido a que ambos chicos eran muy nombrados en el colegio.

Ambos venían con una sonrisa cínica y burlesca, su semblante demostraba altanería y su postura autoridad que no le pertenecía.

Por un momento creí que el profesor les recriminaría por su llegada tarde, pero la forma en que los saludo me dejo perpleja; chocaron puños unos con otros, como si fueran amigos desde siempre. Tal acto me enfureció en gran manera.

¿Quién se creía que podía llegar tarde y actuar como si nada?

—Es un imbécil —musitó William, molesto.

Danniel camino de manera propensa, con el semblante serio. De pronto me percate que venía con paso firme a mi dirección. Se adoso a mi lado con una postura firme y altanera, sus ojos me observaban con cierta distancia desde arriba ya que era mucho más alto que yo. Pese a su seriedad no me sentí intimidada, seguía molesta y con las fuerzas suficientes para defenderme.

—Fuera —pronunció en un tono autoritario. Me digne a levantar los ojos y mirarle desafiante, obviamente ni se inmuto.

—¿No me escuchaste?, dije fuera —volvió a decir, aún más irritado.

—¿Y por qué debería salir? —pregunté desafiante. Enderecé mi espalda de manera rígida.

Se formó un silencio sepulcral, las miradas expectantes cayeron sobre nosotros. El profesor se quedó mirando de igual forma, sin hacer nada y eso me indigno aún más.

—Este es mi sitio, si no quieres tener problemas conmigo, será mejor que obedezcas.

—Si querías este puesto, tenías que haber llegado diez minutos antes —no tenía ninguna intención de moverme, menos de obedecer a un simple mortal que se creía superior.

—Mira mocoso, ya me estás haciendo perder la paciencia, te lo repetiré una vez más —dio un paso al frente, haciendo que nuestras posturas se vieran desafiantes—. Muévete o yo mismo te saco, ¿me oyes?

—Hazlo, quiero ver si tienes las agallas —lo animé, mientras le sonreía con burla.

Su semblante se endureció, arrugó el ceño hasta más no poder, sus puños estaban apretados, tanto, que se tornaron de un color blanco. Casi pude sentir el golpe que recibiría, si no fuera por el profesor Carter quien intervino.

—Cross —pronunció con firmeza—, búscate otro puesto.

Danniel, me intercepto con su mirada airada, su amigo lo tomo del hombro y obligándolo a moverse, caminaron pesadamente a otro puesto.

Me preguntaba, si Danniel supiera que en realidad yo era una chica, ¿igual hubiera tenido la intención de golpearme?

—¡No quiero peleas en mi clase!. ¡Nueva regla!, ¡¿entendido?! —exclamó el profesor, con molestia en su tono de voz.

—¡SI! —vociferaron todos en respuesta. Menos yo.

Nunca antes en mí vida había querido esforzarme tanto en una clase, la cual odiaba, pero ahora, me vi envuelta en una contrariedad irrefutable. Una oleada de volteos eléctricos viajó por todo mi cuerpo. Mis ojos conectaron irónicamente con los de Danniel, quien me fulminaba con una mirada ferviente, sus labios se curvaron en una sonrisa malévola y con mofa. Le aparté los ojos con brusquedad, enfocándome en los ejercicios que ahora los harían con mucho gusto.

Si Danniel Cross quiere desafiarme pues, que así sea. 

»»————- ♡ ————-««

¡Jelouuu! ¿Cómo va su día/tarde/noche?

Yo solo quiero decir: ¡Pero que pesado es Danniel! ¿Qué se cree el muy...? omitiré lo que iba a decir, pero ustedes ya entienden xd

¿Alguien de aquí quiere darle con la silla en la cabeza?

Bueeeno, lamento informarles que van a tener que esperar, porque yo soy la primera en la fila jejejej. 

En fin, no los agobio mas con mis quejas. Muchas gracias por leer, son lo mejor <3 <3 <3


Fingiendo ser una de ellos [Completa] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora