Pink Kryptonite - Supercorp

XXI. Cita

El lunes llegó y, al igual que estuvieron haciendo días atrás, Kara y Lena se reunieron en la oficina de ésta última para almorzar.

La CEO notaba que la kryptoniana se encontraba nerviosa, pero no sabía el motivo. A pesar de esto, comieron amenamente. Como siempre, tras comer se sentaban en el sofá y conversaban entre miradas cargadas de cariño.

—Kara, ¿Está todo bien? —Lena no pudo evitar preguntar, al ver cómo la rubia miraba constantemente hacia el balcón de la oficina—. ¿Tienes que irte? Lo entenderé perfectamente. De todas formas, en diez minutos termina mi hora de descanso —dijo con tranquilidad, intentando comprender qué sucedía con la superheroína.

—¡No! —Danvers se apresuró en contestar... se apresuró demasiado. La mujer Luthor arqueó sus cejas, sorprendida—. No, no es eso —habló más tranquila—. Es que estoy nerviosa —confesó—, porque quiero pedirte algo. Y pues... eso —sonrió inquieta. 

—Kara, cariño, tú puedes decirme y pedirme lo que quieras —se pegó a ella y la tomó de las manos, dándole confianza.

La kryptoniana asintió y tomó aire, buscando relajarse.

—Bueno —afianzó el agarre de sus manos enlazadas y clavó sus ojos en los verdes de la otra—. Estos días contigo han sido increíbles, Lena. Deseo estar siempre contigo, quiero saber de ti, quiero hablar contigo en todo momento y estar el mayor tiempo posible a tu lado —suspiró, mordiéndose el labio. La pelinegra la miró con cariño, incitándola a continuar—. Sé que, seguramente, ambas tengamos miedo a seguir con esto que tenemos. Es normal sentir miedo, pero no podemos dejar vencer el miedo ¿No? —se sonrieron mutuamente—. Entonces, me gustaría avanzar contigo. Por ello pensé —tragó saliva para después suspirar una vez más—, pensé en pedirte una cita. ¿Estaría bien eso? —la miró con timidez.

Luthor sonrió enormemente.

—Claro que estaría bien, Kara —dijo y se acercó más a ella para abrazarla—. Claro que sí, cariño. ¿Cómo me voy a negar a tener una cita contigo? —susurró en su oído—. Estar contigo es lo que más quiero —aquella confesión hizo temblar a la otra—. Es algo que he estado pensando —comentó separándose del abrazo—, pero no me animaba a preguntártelo. Así que, agradezco que lo hicieras tú —rio divertida.

—Oh, bueno... Mejor —sonrió, aún tímida.

—Y dígame, señorita Danvers. ¿Ya tiene algo pensado? —arqueó sus cejas. La mencionada asintió.

—Sí. Pero quiero que me digas si te parece bien el día —la CEO asintió—. He pensado que podría ser el miércoles, ya que al día siguiente entras tarde a trabajar ¿No? —la mujer volvió a asentir.

—Sí, de hecho no tendré mucho que hacer el jueves. Entraré a las cuatro de la tarde, pues tengo que comprobar unas cosas. Entonces, el miércoles me parece perfecto —sonrió.

—¡Bien! —expresó feliz.

—¿Algo que necesite saber? —la rubia negó lentamente, pensando.

—No. Solo vístete cómoda. ¡Oh! Y debes estar lista para las nueve de la noche. ¿Está bien? —obtuvo un asentimiento.

—Por supuesto. Dejo todo en tus manos, Kara —habló divertida. Pero este comentario puso nerviosa a la superhéroe. Al notarlo, Lena volvió a hablar—. ¿Kara?

—¿Si? —respondió sin mirarla.

—Quiero que sepas que, sea lo que sea que tienes preparado, lo amaré. ¿Está bien? —dijo esto y luego besó sus labios—. Amaré nuestra cita porque tú estarás conmigo —sonrió—. ¿Si?