- 《 oh no, there you go, making me a liar 》
La vida de Addison era normal comparada con la de su hermano el actor Owen Patrick Joyner pero su vida cambia cuando él le pide que se mude a Canadá junto a él y su compañero Charlie Gillespie, del que ell...
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ADDISON GIRO EN aquella cama en la que estaba durmiendo junto a su gemelo y no encontró una posición cómoda así que volvió a darse vuelta pero nada. Se colocó boca arriba y abrió los ojos lentamente, mirando el techo.
Observo unos segundo a su hermano que parecía dormir plácidamente y soltó un suspiro. Era temprano, no sabía que hora exactamente pero sabía que era temprano.
Estar en Canadá era lo único que deseaba últimamente y ahora que por fin se encontraba ahí, sentía que estaba en una clase de sueño y en cualquier momento se despertaría, aún cuando pasó una mala noche. La rubia se deshizo de las sábanas y salió descalza de la habitación hacia el baño.
Hizo sus necesidades y salió del baño más rápido de lo que pensaba.
—Buenos días.–murmuró Charlie saliendo de su habitación.
Addi se sorprendió al escuchar la voz del canadiense pero sonrió al verlo recién despierto.
—Ya veo que tu hábito de despertarte temprano no ha cambiado.–bromeó.
—Hay cosas que nunca cambian.–murmuró él.
Addi sonrió sintiendo como aquel momento la transportaba a aquel departamento en Vancouver.
—Voy hacer café, ¿quieres?–propuso Charlie.
La rubia asintió y ambos se dirigieron a las escaleras para llegar al paso principal de la casa.
—¿Dormiste bien?–cuestionó el canadiense cuando llegaron a la cocina.
—Solo voy a decir que no extraño compartir cama con Owen.–mencionó ella sentándose en uno de los taburetes de la barra de la cocina.
Él soltó una leve carcajada.
—¿Tan malo fue?–murmuró encendiendo la cafetera.
—Creo que esta noche dormiré con meghan.–bromeó.
—Sabes que puedes dormir conmigo si quieres, cierto?–propuso con una mirada pícara.
Addison sonrió sintiendo sus mejillas sonrojarse.
—¿Quieres que duerma contigo, en tu habitación con tu madre en la otra punta del pasillo? Atrevido.–dijo con gracia.
Ambos soltaron una carcajada sin perder el contacto de sus ojos. A la vez, soltaron un suspiro cuando la risa terminó.
—Extrañaba esto, Charles.–murmuró Addi sonriente.
—Yo también.–dijo tomando dos tazas con café y se acercó a la rubia.–Pero te extrañaba más a ti.–murmuró acercando sus rostros con el propósito de besarla.
—Buenos días.–los interrumpió Jeanette, la madre del canadiense.
