- 《 oh no, there you go, making me a liar 》
La vida de Addison era normal comparada con la de su hermano el actor Owen Patrick Joyner pero su vida cambia cuando él le pide que se mude a Canadá junto a él y su compañero Charlie Gillespie, del que ell...
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ERA UNO DE ESOS DÍAS en los que Addison pasaba todo el día en el set viendo como su hermano y sus compañeros grababan escenas, y no tenia porque quejarse pues la pasaba muy bien.
—¡Charlie, bájame!–exclamó riendo la rubia.
Ella y el canadiense estaban bromeando mientras estaban en un pequeño descanso, jugando con un plato de comida que sus personajes debían comerse y cuando ella pasó un poco de salsa-que sobre salía de un sándwich de carne-, en la mejilla de él, le declaró la guerra y empezó a correr por el set, huyendo de Charlie y lo que empezó como una pequeña venganza se convirtió en una excusa para divertirse entre ellos. Eso hasta que él la atrapó por la espalda elevando un poco sus pies.
—No puedes llenar mi cara de salsa y luego salir corriendo.–murmuró él cerca de su oído.
Ella soltó una carcajada y soltó un suspiro cuando sus pies tocaron el suelo.
—Agradece que te ayude a comer esa cantidad de comida.
—Gracias, addi. Hiciste mi trabajo más fácil.–dijo con gracia.
Ella sonrió y se quedó unos segundo admirando la sonrisa de él.
¿Por qué tienes que ser tan lindo? Es imposible ignorarte, Charlie. Pensó.
—Owen me dijo que hoy tienen una especie de cita de hermanos.–menciono.
Ella asintió.
—Lo voy a llevar a cenar, si es que en algún momento terminan de grabar.–comento con gracia.
—¿Debería sentirme mal porque no me invitaste?
—No, Charlie. ¿No te parece que pasas suficiente tiempo con Owen?–pregunto.–Yo también quiero pasar tiempo con él.–dijo pretendiendo estar triste.
Él soltó una carcajada.
—Está bien, pero sólo esta noche.–dijo bromeando.
Los dos rieron y caminaron juntos a donde él debería estar para grabar. Terminaron de grabar todas las escenas del día y empezaron recoger las cosas.
—¡Buen trabajo, chico!–exclamó Kenny.–Vayan a descansar que mañana tenemos mucho trabajo por hacer.
Los presentes aplaudieron, dando por terminado su trabajo por el día.
—Voy a cambiarme y soy todo tuyo, hermanita.–anunció Owen.
Ella asintió y observo cómo tanto su hermano como el resto del equipo salía del set principal para ir a cambiar sus atuendos e irse. Mientras esperaba a su hermano, se dedicó a dibujar en su cuaderno de borradores y al pasar los minutos, se encontró dibujando los ojos azulados del canadiense. Desde que había aceptado que tenía sentimientos por él, no podía sacarlo de su mente, fue como si al aceptar sus sentimientos, un espacio en su mente se abrió dedicado solo a él.
