-USED TO THIS

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ADDI SIEMPRE RECORDABA aquella frase que el canadiense repetía: "no se trata de la vista sino del sentimiento" y en aquel momento de su vida, en el que estaba despertando en la cama de su novio en Los Ángeles, podía sentir cada una de esas palabra...

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ADDI SIEMPRE RECORDABA aquella frase que el canadiense repetía: "no se trata de la vista sino del sentimiento" y en aquel momento de su vida, en el que estaba despertando en la cama de su novio en Los Ángeles, podía sentir cada una de esas palabras aunque, no era la vista sino el lugar.

Ella ya sabía cómo era vivir con Charlie, la única diferencia era que ahora pasaban más tiempo juntos y aunque se suponía que solo se iba a quedar por unos días, las pasadas semanas habían sido increíbles.

La rubia se levantó de la cama con una sonrisa y con unas extrañas ganas de pintar, así que ni siquiera se cambio su pijama por otra ropa cuando busco un lienzo blanco, que el canadiense compro para ella junto con un set de pinturas y se sentó frente a la ventana de la habitación. Soltó un suspiro antes de colocar el pincel en el lienzo.

Nunca antes había sentido tanta paz como en aquel momento. Sonrió al imaginarse al canadiense en su caminata mañanera y empezó a dar pinceladas en el lienzo.

—¿Que miras?–murmuró Addi sin apartar la vista de su pintura al sentir la presencia de su novio.

Charlie tenía menos de cinco minutos observando a su novia pintar desde el marco de la puerta. Solo habían sido un par de semanas desde que llegaron de Ecuador pero se sentía como días, él no quería que ella se fuera.

—No miró, admiro la vista.–sonrió coqueto.

La rubia despegó su mirada de la pintura para observar al canadiense y una sonrisa se formó en su rostro. No sabía que tenía pero había algo en charlie que hacía que Addison se enamorara cada vez más.

—¿Te distraigo?–pregunto Charlie aun desde la puerta.

—No, cuando me concentro, soy como un láser.–murmuró concentrándose en su pintura.–Nada me distrae.

—¿Estas segura?–cuestionó con un tono travieso en su voz y se despegó del marco de la puerta para caminar hacia ella.

Ella pretendía seguir pintando pero cuando sintió los dedos del canadiense acariciar su brazo descubierto y luego sintió su aliento golpear la piel de sus hombro seguido de sus labios, empezando una cadena de besos desde su hombro hasta su cuello, concentraba era lo que menos estaba.

Addison cerró sus ojos sintiendo el tacto del canadiense en su piel, su mano con el pincel no se movía, solo podía pensar en cómo los labios del canadiense se encontraban en su cuello. Soltó un suspiro y sonrió levemente.

—Te odio.–murmuró aún con los ojos cerrados

Charlie sonrió y dejó un último beso en el cuello de la chica para tomar un banco y sentarse detrás de ella. Apoyo su cabeza en su hombro y observó su perfil mientras el pincel volvía a tocar el lienzo.

—No, no me odias.–afirmó sonriendo.

—Te odio.–murmuró de nuevo con una sonrisa en su rostro.

LIAR || Charlie GillespieWhere stories live. Discover now