-THE GOODBYE

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—¡VAS A MANCHAR las paredes!–exclamo Addi esquivando la pintura que su novio estaba lanzando

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—¡VAS A MANCHAR las paredes!–exclamo Addi esquivando la pintura que su novio estaba lanzando.

—Dijiste "hagamos una obra de arte" y ¿qué estamos haciendo? ¡Una obra de arte!–canturreo agitando el pincel con pintura azul en el lienzo tan grande como él.

—¡Pero en el lienzo, no en las paredes!–soltó la rubia entre carcajadas.

—Está fue tu idea, nena.–dijo él acercándose a ella.

—Pintar en el lienzo, no las paredes de mi estudio.

—¿Qué pensabas que iba a pasar cuando me dieras un pincel con pintura?–canturreo.–La pintora eres tú, yo solo soy tu fan.

—Quería un recuerdo al que aferrarme cuando estuvieras lejos pero parece que no lo pensé bien.–murmuró pasando sus brazos por el cuello del actor.

Él acorta la distancia y la abraza, lo más fuerte que sus brazos pueden porque sabía que ambos estaban prolongando el tiempo que les quedaba juntos.

—No pensemos en eso,–ordenó al separarse.–disfrutemos el tiempo que nos queda juntos.–dijo tocando con ternura la punta de su nariz, dejando una pequeña mancha de color azul.

Addi sonrió viéndolo caminar hacia el lienzo para seguir pintando.

Lo decía en serio, quería tener un ultimo recuerdo juntos al que aferrarse cuando estuvieran separados porque aunque no estaban terminando, se sentía como si fueran a estar separados por un largo tiempo.

Aquella mañana, Addi convenció al canadiense de acompañarla a su pequeño estudio una ultima vez antes de que se montara en su auto para regresar a los ángeles. Y más que pasar tiempo juntos, lo que quería era retrasar lo inevitable: despedirse. Quería convencerse de que no sería mucho tiempo, que se volverían a ver en unos días pero era mentira, estaba mintiéndose a ella misma.

—Ahora mismo eres la viva imagen de un artista.–comento Charlie observando a su novia cambiando el disco de vinilo sin soltar su pincel.

La rubia volteó su cabeza regalándole una sonrisa y esa fue la imagen que él necesitaba para sobrevivir sin ella. Con su cabello recogido en un moño desordenado y mechones de su flequillo suelto, con mancas de pintura en los brazos con las mangas del suéter arremangado que le quedaba enorme porque era de él. Charlie sonrió con satisfacción, por ella esperaría 10 años si fuera necesario.

—¿Me amarías si no fuera pintora?–cuestionó ella acercándose a él para acompañarlo a pintar el gran lienzo frente a ellos.

—Si. Quieres a alguien por todas sus cualidades y lo amas a pesar de algunas cualidades.–murmuró sin apartar sus ojos de ella.

LIAR || Charlie GillespieWhere stories live. Discover now