Enamorada del villano (Khan y tú)

Fachada

Había pasado una semana desde la entrevista y todos trabajamos de forma normal en el taller.

De pronto tres hombres con traje entraron en el taller preguntando por nuestro jefe el cual estaba en su despacho.
Los tres hombres subieron a su despacho y los rumores comenzaron a correr por todo el taller.
-¿Qué habrá pasado?- dijo un chico.
-No lo sé- dijo otro -pero es raro que aparezca gente así por aquí-
-¿creéis que habrá quebrado el taller?- dijo una chica.
-No no creo- dijo otra -no tenían pinta de banqueros.

Empezamos a escuchar gritos que provenían del despacho y todos nos quedamos de piedra.
-¡No me pueden despedir!- dijo nuestro jefe -¿Quién dirijirá este taller? usted me contrató porque soy el mejor en este campo-
-Hemos encontrado a alguien que lo hará mejor- se escuchó la voz de otro hombre.
-Pues espero que sepa lo que hace- dijo él.

Uno de los hombres salió afuera y nos miró a todos.
-¿quién es (T/N)____?- dijo con amabilidad.
-Yo- dije levantando tímidamente la mano.
-Venga aquí por favor- dijo con una sonrisa.

Todos me observaban de una forma extraña mientras subía las escaleras hacia el despacho, cuando entré mi jefe me miró lleno de rabia y rencor.
-Señorita- dijo el más viejo de los hombres levantándose de su asiento -el taller es suyo a partir de ahora-
-¿Qué?- dije sorprendida.
-Lo que oye- dijo el hombre sacando unos documentos -firme esto y será todo suyo-
-está bien- dije leyendo todo antes de firmarlo.
Cuando mi jefe se fué salí a las escaleras acompañada de los tres hombres.
-Señores- dijo el hombre más viejo de todos -les presento a su nueva jefa-
-Esperamos que la ayuden a llevar a cabo las tareas para sacar partido de este pequeño taller tanto como el que ella tenía anteriormente- dijo el más joven.

cuando los hombres se fueron nos pusimos a trabajar, todos notaban un gran cambio.
Cuando recogimos al pequeño después de cerrar fuimos a casa donde empezó una tremenda discusión.
-¿Por qué sabían lo de que tenías un taller exitoso? -dijo algo molesto.
-Yo solo dije que antes tenía un taller- dije -no dije nada de que fuese un éxito-
-Si la noticia se extiende- dijo él tomando mis mejillas -van a separarnos ¿es lo que quieres?-
-Por supuesto que no- dije -pero yo no fui la que tomó la decisión Khan-
-Lo sé- dijo él -pero no quiero que tu hermano venga a buscarte-
-¿Por qué?- dije -le echo de menos Khan. Aún no conoce a su sobrino-
-Ni quiero que lo haga- dijo él serio.
-¿Por qué?- dije -también es familia suya Khan. De hecho él estuvo más tiempo conmigo durante el embarazo que tú-

Noté como Khan se molestaba un poco ante aquellas palabras pero después de todo era mi hermano del que estábamos hablando, del hombre que me había cuidado durante muchos años y que estuvo a mi lado en los mejores y en los peores momentos de mi vida.
-Es mi hermano- dije con los ojos vidriosos -es sangre de mi sangre y le quiero. Solo porque no os llevéis bien no quiere decir que no pueda venir a verme a mi o a su sobrino-
-ME da igual- dijo él -no pienso volver a esa prisión por su culpa-
-No tiene porque ser así- dije dejando escapar algunas lágrimas -es la única familia que tengo-
-Ahora tienes otra familia- dijo él mirándome molesto -y es mucho más importante-
-No lo es- dije -yo sería mucho más feliz si mi hermano estuviese a mi lado, contigo no es lo mismo. Necesito ese amor de hermano que me da Kirk, necesito abrazarle, hacer las cosas que solíamos hacer juntos...-
-Pues si tanto le quieres vuelve con él- dijo él tomando al pequeño James en sus brazos -nosotros no iremos contigo-

Mi corazón se rompió levemente al ver como Khan usaba a nuestro hijo como un chantaje, como si solo fuera un simple objeto.
Comenzaba a pesar que por mucho que lo intentase o lo pensase Khan nunca dejaría de ser un manipulador.
-No puedes hacer eso- dije llorando -es solo un bebé, él no es un objeto. No puedes utilizarle para chantajearme-
-Claro que puedo- dijo besando su mejilla -soy su padre y no puedes alejarlo de mí-
-No has cambiado nada- dije yendo a nuestra habitación cerrando de un portazo.

Me apoyé de espaldas en la puerta y comencé a llorar deslizándome por la puerta hasta quedarme sentada en el suelo.
ME agarré las rodillas y oculte mi rostro en ellas para acallar mi llanto.
Aquella no era la familia feliz que siempre había querido, tan solo era una simple fachada para ocultar una gran mentira.