Enamorada del villano (Khan y tú)

Perdoname

Me dí cuenta de lo que estaba pasando y decidí empujarle para que parase.
-Mi amor- dijo él levantándome del suelo - sabes que quieres -

Mi respiración y mi pulso se agitaron cuando volvía a estar a milímetros de mis labios.
Ambos nos miramos fijamente a los ojos cuando me puso contra la pared, la lujuria y el deseo brillaban en sus ojos haciéndolos aún más hermosos.
Volvió a besarme con fuerza, acariciando todos los rincones de mi cuerpo.
Mis manos se deslizaron a su pelo agarrándolo con fuerza mientras me aferraba a su cintura con mis piernas.

A los pocos minutos ambos estábamos en la cama sin ropa besándonos como si se fuese a acabara el mundo esa misma noche.
Khan besaba cada centimetro de mi piel haciendo que el placer recorriera lentamente todo mi cuerpo.
Sus manos acariciaban todo mi cuerpo produciendo que la electricidad que solía notar cuando me tocaba se intensificara más, aquel hombre sabía como provocarme demasiado bien.

Separó mis piernas con cuidado para luego estimular mi clítoris con su lengua.
Aquella sensación hizo que mi espalda se arquease debido al intenso placer que me hacía sentir, hacía mucho que no lo sentía y se me había olvidado lo bueno que era Khan en aquel tema.
Mis gemidos se hicieron más intensos cuando Khan introdujo dos dedos dentro de mí.
Cuando terminó su tarea pasó lentamente su lengua por mi vientre hasta llegar a mis labios.

Le besé de forma intensa aferrándome a su nuca ansiosa de que me hiciera suya como solía hacer antes de que todo ocurriera.
ME penetró con fuerza con un gran gemido, mis uñas recorrieron toda su espalda haciéndole gemir aún más.
Sus movimientos eran fuertes y rápidos, nuestros gemidos intensos pero los callábamos con besos intensos y apasionados.
Ambos llegamos a la vez al orgasmo, fui una sensación maravillosa, la cual extrañé todo el año que no estuve a su lado.

Khan salió de mí y sonrió de lado mientras respiraba agitado.
-¿Lo ves?- dijo él sonriendo -no puedes resistirte. Tienes tantas ganas como yo y puede que hasta más -
-No- dije -solo me utilizas-
-Ya no- dijo acariciando mi mejilla -te amo tanto que no soy capaz de hacerte daño, si no lo hicera habría dejado que esos idiotas te matasen-
-Me hiciste daño- dije con los ojos cristalizados.
-Lo sé- dijo tomando mis mejillas - y me arrepiento cada día más princesa. Por favor perdoname, me pongo de rodillas si es lo que deseas, aniquilaré a quien tu quieras... cualquier cosa por que vuelvas conmigo y volvamos a ser felices juntos-
-No- dije derramando las lágrimas.
-No no llores por favor- dijo tomando mis mejillas entre sus manos -me mata verte llorar-
-Nunca me enamoré tanto de alguien como lo hice de ti- dije llorando.
-Yo tampoco princesa- dijo besando mi pelo envolviéndome entre sus cálidos brazos -has sido la única mujer que me ha hecho cambiar, antes no tenía sentimientos, era capaz de manipular a la gente sin sentir ningún tipo de remordimiento. Cuando te llevé en aquella cita el día de tu cumpleaños, todo lo que dije era de verdad, en tan poco tiempo me enamoré completamente de ti. Cuando te vi llorar la noche que todo terminó supe que fui un verdadero cabrón contigo, no debí haberte mentido-
Las lágrimas caían por sus perfectas mejillas y cubrió su rostro con las manos rompiendo a llorar.
-Perdóname- dijo llorando.

Le arropé entre mis brazos dandole un suave y cálido abrazo acariciando su pelo, me mataba verle de aquella manera, se notaba que lo decía de corazón, sus ojos estaban enrojecidos por las lágrimas y su cara mostraba un gran arrepentimiento.
Acaricié sus mejillas con mis pulgares y le dí un suave y delicado beso calmando su llanto y juntando mi frente con la suya.
-Prométeme que no volverás a mentirme ni a hacerme daño- dije pegando mi nariz a la suya.
-Te lo juro mi amor- dijo tomando mis mejillas entre sus manos.

Ambos nos fundimos en un dulce y apasionado beso para luego quedarnos dormidos abrazados el uno al otro como la pareja que habíamos sido hacía un año.