Room [Yandere Trafalgar Law x Lectora]

III. Acecho

Capítulo 3
Aula de clases

Ojos azules miraron con brillos al chico azabache que se sentaba junto a ella en la facultad, el hombre le miró con una mirada con cierto brillo que no se notaba a simple vista. La albina caminó hacia él y se sentó a su lado para que ambos empezaran a hablar sobre distintos temas de medicina, con distintas soluciones y posibles casos, haciendo que el hombre pusiera una pequeña sonrisa hasta que llegó el profesor interrumpiendo su charla amistosa.

Law sonrió para sí mismo mirando a la chica a su costado y juntando su pierna con la de ella, como tenían un pupitre doble ambos se sentaban juntos como estudiantes de medicina, al ser el único que ella conoce siempre se juntaba con él en las clases de su especialidad, incluso cuando había muchos que intentaban hablar con ella, la mujer siempre permanecía a su lado.

A él le encantaba eso, el único "pero" era el hecho de que tenía otras compañías en los recesos y siempre se iba con ellos para almorzar o pasar el rato si no tenían una conversación lo suficientemente profunda como para mantenerla enganchada a él durante todo el día, asegurándose así que ella estuviera segura a su lado.

El mundo en el que vivían era demasiado peligroso, lleno de tantos peligros que acechaban en las sombras de la oscuridad que amenazaban con consumirlo todo a su paso.

Oh... el mundo estaba tan podrido hoy en día, siendo tan amenazante caminar solo por las calles... grupos mafiosos, ladrones, asesinos y monstruos rondando por las calles de Raftel... no había lugar seguro en esa sociedad, no había nadie que estuviera a salvo a excepción de aquellos que poseían poderes sobrenaturales de ataque y ella era como una bella flor de loto que crecía en el fondo del estanque y esparcía sus raíces hasta el cielo, liberándose del agua fangosa y abriéndose paso hacia la superficie para mostrar su belleza.

Su delicadeza.

Pero en este mundo donde solo los fuertes sobreviven, apenas des un paso cerca de una sombra es muy posible que esta te arrastrara hasta el abismo.

¿Cómo no querer protegerla?

Había tantas amenazas cerca de ella, las personas a su alrededor, los ojos con los que la miraban, el destello que habían en ellos, los distintos poderes que poseían, ¿Acaso no veían lo peligroso que era para ella?

Ella tenía un poder tan similar y distinto al de él, ella podría curar cualquier herida física, pero después quedaría agotada y debilitada durante algunos minutos en los cuales era tan vulnerable a contactos externos, en cambio él podría operar a cualquiera curando sus enfermedades con su basto conocimiento médico, pero en vez de debilitarse y caer enseguida como la chica él podría descuartizar, desmembrar, decapitar y desterrar de los corazones a cualquiera que quisiese hacerle daño con el coste de solo un pequeño dolor de cabeza.

Peligroso... el mundo era tan peligroso para una pequeña chica tan hermosa y sabia como ella, él se encargaría de protegerla de todo lo que le pudiese hacer daño.