Room [Yandere Trafalgar Law x Lectora]

XV. Acecho

Capítulo 15
No me dejes...

Lyris se acurrucó en los brazos de Law, como cada día era más peligroso estar solos en casa o pasear por las calles, ambos habían decidido que se mudarían juntos para prevenir cualquier peligro, Law había aceptado estar en la casa de ella para no incomodarla en el ámbito de que cambiara todas sus cosas a la casa de él y agregar el hecho de que estaban justo en el punto intermedio entre la universidad y el hospital en el que harían su práctica, él como cirujano y ella como enfermera.

Law miró a la chica y sus ojos brillaron de un leve dorad antes de que desaparecieran nuevamente, solo para dejar sus hermosos ojos metálicos.

—Por favor Law... no me dejes, no te mueras ni desaparezcas —habló la chica aferrándose a la camisa del hombre el cual le miró suavemente y besó su cabello.

—Yo no moriré Lyris-ya y jamás me alejaré de ti, siempre estaré cerca de ti —habló suavemente el hombre, acariciando la cabellera albina, viendo fijamente como sus dedos morenos se perdían entre la nívea cabellera de la chica—. Jamás podrás escapar de mi.

—No dejes que nos separen nunca —habló ella abrazándolo.

—Jamás lo haría —habló el azabache con un leve tono amenazante que no se alcanzó a distinguir.

—No quiero volver a separarme nunca más de ti —habló la albina, muchas personas a su alrededor habían muerto de la nada o desaparecido—. No quiero volver con ellos nunca más —soltó temerosa la albina y el azabache paró de acariciar el cabello de la chica y la miró afiladamente.

—¿Volver con ellos? —habló el chico como si nada, pero sus ojos se habían enfriado y siguió acariciando el cabello de la chica.

—.... —Lyris se tensó.

—Si no me dices con quién no quieres volver, no puedo saber a quienes alejar —habló suavemente—. No puedo saber a quienes temes y de los cuales protegerte si no me dices.

—... Mis tíos —habló con un hilo de voz la chica.

—¿Cuáles tíos? ¿Los padres de Nico-ya? —preguntó Law suavemente con los ojos cerrados.

—No, la tía Olvia era una excelente persona y el padre murió antes de que naciera Robin —negó la chica—. Roji, Oran y mi prima Mizuira —aclaró la chica temblando levemente.

—Ya veo —habló suavemente el chico y apartó a Lyris de su pecho, sosteniéndola de los hombros y mirándola directamente a los ojos—. No les temas nunca más, yo te protegeré de todo lo malo —habló suavemente el hombre y entre sus dedos tomó un mechón de pelo de la albina y lo llevó a sus labios—. Nadie te hará daño nunca más mientras me tengas a mi.

—Law... —murmuró Lyris mirando fijamente esos enigmáticos ojos platinados.

—Duerme tranquila Lyris-ya, nada debe de preocuparte —habló el azabache mientras se retiraba de la cama y tapaba a la chica con las mantas—. Descansa, me daré una ducha mientras tanto.

—Bien —asintió la albina y él salió de la habitación con una mirada turbia.

Encerrado en el baño, con el agua corriendo, él sacó un celular del bolcillo de su pantalón y marcó un número el cual le dio unos cuantos timbres antes de que una animada voz lo recibiera contestando la llamada.

—¿Podrías buscar información sobre las personas llamadas Oran, Roji y Mizuira? Una de esas tres personas tiene unas hermanas llamadas Nico Olvia y Nico Aegea. Quiero toda la información sobre ellos.

—¡Sí capitán!