Room [Yandere Trafalgar Law x Lectora]

XXV. Acecho

Capítulo 25
Intensiones ocultas

Law miró a Lyris la cual estaba actuando extraña durante toda esa semana, estaba decaída, triste y algo asustadiza, pero, sobre todo; estaba usando ropa larga en vez de su ropa habitual para verano la cual consistía colores pasteles y ropa corta. El azabache frunció el ceño mientras veía a la albina despedirse del personal con una sonrisa forzada y él la siguió, después de todo, ya había marcado el pase de salida.

Con inquietud el azabache observó a la chica durante todo el camino, parecía estarse demorando lo que más pudiera y cuando llegó, dudó en abrir la puerta de su propia casa, cuando entró, el azabache miró por las ventanas hasta que vio algo que le heló la sangre.

¿Cómo se atrevía? ¿Cómo se atrevía? ¿Cómo esa mujer estúpida se atrevía a dañarla? ¿Por qué la niña de la mujer asquerosa se estaba riendo y burlándose de su ángel? ¿Por qué el hombre no hacía nada para detener el abuso a su hermoso ángel.

Incluso desde la distancia podía escuchar los gritos despectivos y casi pudo jurar que vio como su ángel vomitaba un poco de sangre por la patada que le dio la señora luego de haberle enterrado sus tacones altos en su abdomen.

Matar, matar, matar.

Quería matar, torturarlas y...

Dindong

—¿L-Law? —preguntó en un murmullo de voz la chica, él la estaba mirando fijamente se notaba que había intentado curarse los moretones rápidamente, pero no se fijó que tenía un hematoma en la mejilla y otro en la frente.

—Lyris-ya —habló suavemente como si nada estuviera pasando, dulcemente para que ella no se diera cuenta de que tenía las heridas en su rostro—. Quería invitarte a cenar y pasar la noche en mi casa, se siente extraño no tenerte cerca después de tantos meses conviviendo juntos.

—O-oh... si... yo... yo ahora no puedo Law, estoy muy cansada y... —Lyris siguió balbuceando sin darse cuenta como su nariz había empezado a sangrar.

—Entonces déjame estar contigo en tu casa, ¿Sí? —preguntó el hombre y la chica le miró dudosa antes de asentir.

Law abrazó a la chica inhalando su aroma y luego cerró la puerta detrás de él, miró frívolamente el piso el cual tenía sangre y los algunos jarrones rotos junto con los vidrios de algunos marcos en donde ambos estaban sonriendo a la cámara.

—Oh querida, ¿Has traído a tu amigo? —habló la mujer con dulce voz fingida.

—¡Mamá! Él es muy guapo, ¿Tu crees que saldría conmigo? —preguntó en un susurro la chica mirándolo.

—¿Qué dices? ¡Por supuesto que saldría contigo! Eres hermosa, no como esa basura de ahí, mírala, incluso tiene los cabellos blancos como las viejas —habló en un susurro la madre y ambas rieron levemente.

Law no pudo evitar que sus ojos se oscurecieran ante eso, ellas no disimularon sus miradas y durante todo el tiempo que estuvo él, ellas querían humillar a la albina destacando las "virtudes" de la prima de Lyris.

—¿Cuánto tiempo se quedarán? —preguntó el azabache cuando ya se iba.

—Oh, nos quedaremos durante dos semanas más —habló la mujer y la albina miró con terror a esa señora, el hombre casado solo desvió su mirada apenado.

Lyris le daba lástima, al igual que Robin, se alegró una vez que escaparon de sus garras, pero tampoco haría nada para contradecir a su esposa e hija.

Law estaba hirviendo en cólera, necesitaba calmar sus manos o de lo contrario Lyris vería el monstruo que era él y se alejaría de él para siempre.

Law no podría soportar que ella se aleje, que lo aleje.