Room [Yandere Trafalgar Law x Lectora]

XXIII. Acecho

Capítulo 23
Número desconocido

Law miró a la chica tranquilamente, era relajante verla dormir, estaba indefensa bajo su cuerpo, respirando tranquilamente sin preocuparse por nada de lo que pudiera hacerle ya que confiaba ciegamente en él. Sus manos pasearon por el rostro de la chica la cual dormía pacíficamente, delineando sus cejas, sus ojos, su nariz y acariciando tiernamente sus labios los cuales se entre abrieron por el toque del dedo pulgar del hombreen su labio inferior.

Law siguió inspeccionando a la chica, ella andaba con su pijama de verano la cual era una musculosa negra con unos short amarillo, ella estaba completamente destapada y él la podía ver perfectamente bajo sus ojos, tenía un tirante de su musculosa corrido a un lado, debajo del hombro, el escote era más prominente y entre la tela negra podía ver dos pequeños picos alzándose en sus pechos, por supuesto que sabía que la chica dormía sin brasier y eso no ayudaba en que su excitación y atracción por ella bajase.

Suavemente sus manos pasaron por las mandíbulas de la chica y el cuello, bajando hasta las atractivas clavículas y pasó por el valle de sus senos, bajó por su abdomen y encontró la tierna piel descubierta por la musculosa mal puesta y lentamente fue bajando hasta llegar a las piernas de la chica.

Quería poseerla, corromperla y hacerla suya, solo de él, solo suya y de nadie más. El hombre quería marcar la piel de la chica, morderla, dejar chupetones y mordeduras por su blando cuerpo, tragó saliva.

El bulto de sus pantalones chocó accidentalmente contra la mujer haciendo que esta gimiese levemente por la sensación y siguió durmiendo, quería restregarse en ese suave cuerpo y hundirse en sus entrañas más profundas, pero se alejó a regañadientes.

Aun no era el momento.

Lyris despertó a la mañana siguiente sintiéndose excelente, ¡Era su primer día libre y el de Law también! Por fin podría levantarse tarde y jugar a lo que quisiera en el día, ¡Necesitaba urgentemente comprar nuevos suministros para la nevera y para la casa en general! En especial las cremas para el cuerpo, se le habían estado acabando ya que a veces las utilizaba en Law para darle masajes cuando estaba muy gruñón y cansado o cuando él le daba masajes a ella cuando estaba demasiado agotada.

—Tranquila, pedí el desayuno —habló el hombre al ver a la chica entrar.

—¡Gracias Law! —sonrió la chica y empezó a comer, Law parecía ser el hombre perfecto, pero su cocina era malísima y parecía no entender la ciencia de cocinar, ¡Cuando era tan fácil! Un poco de ganas y entenderías todos los trucos de la delicia culinaria.

Law miró de reojo el celular de la chica, había un número desconocido en él y ella contestó yéndose para la pieza. El hombre se perdió en sus pensamientos, aun no encontraba rastros de esas escorias que atormentaron a su Lyris, al parecer sus tíos eran demasiado escurridizos o simplemente les gustaba vivir al límite, yendo de un lugar a otro y cambiando constantemente de números de teléfono y demás.

—L-Law... ¿Podrías la próxima semana regresar a tu casa? —preguntó la chica nerviosa y el azabache le miró arqueando una ceja.

—¿Ya te aburriste de mí? —preguntó "indignado" el hombre.

—¡No! ¡Jamás me aburriría de ti! Es solo que... ¡Que tengo algo importante que hacer en la casa la próxima semana! —exclamó nerviosa la chica, Law sabía que le estaba ocultando algo y no presionó el tema.

—Bien. Recuerda que cualquier cosa estoy al teléfono —habló el azabache despreocupadamente sin perderse el suspiro de alivio que dio la chica—. ¿Qué vamos a hacer hoy? Es nuestro primer día libre después de tantos meses de trabajo.

—Uh... creo que películas, comida a domicilio y ser mochis en el sofá suena bien —habló la chica con una sonrisa.

—Sí, ser mochis —rio entre dientes el hombre burlonamente, Lyris había catalogado la forma cuando estaban abrazados o acostados en algún lugar juntos siendo perezosos como "ser mochis" y según ella se estaban "derritiendo" por esa razón, estaban abrazados sin ninguna separación en sus cuerpos.