Room [Yandere Trafalgar Law x Lectora]

XXX. Acecho [Lemon]

Capitulo 30
Haciendo el amor

Law sonrió mirando a la chica a su lado y depositó suaves besos antes de empezar a morder su cuello y espalda, mientras sus manos paseaban por la cintura y caderas de la mujer delineando su figura curvilínea mientras esta seguía durmiendo tranquilamente, ayer la había dejado agotada pues tuvieron una sesión intensa de demostrarse cuanto se aman por toda la casa.

El hombre tarareó paseando sus dedos por el cuerpo femenino y finalmente colocó una de sus manos en el pecho desnudo de la chica mientras la otra se perdía entre las sábanas terminando en el centro de la chica. Remarcando las mordeduras y chupetones de ayer, el hombre sonrió contra la piel escuchando jadeos y gemidos perezosos, él sabía que si Lyris estaba extremadamente cansada ella dormiría sin importar que hubiera un festival en su casa.

Lyris gimió removiéndose levemente con los ojos cerrados, en el sueño que estaba teniendo cambió de la nada a uno erótico, pasó de un inocente mundo de pasteles a una oscuridad infinita mientras manos acariciaban su cuerpo y una boca le mordía justo en las marcas de Law. Confundida la mujer miró hacia abajo y se fijó en las manos blancas fantasmales las cuales tenían la palabra Death en sus dedos y tatuajes en el dorso de su mano.

Law sonrió cuando escuchó su nombre ser gemido por los labios regordetes de la chica y finalmente retiró su mano de la entrepierna de la chica, dejando que el liquido resbalase por sus dedos los cuales finalmente se llevó a la boca probando el sabor de su dulce ángel. Con una mirada serena y divertida el hombre dejó a la chica acostada boca arriba y se acomodó entre sus piernas, dejando que su erección se frotase entre las húmedas paredes de ella.

Con una lenta estocada el hombre gimió levemente cuando terminó de adentrarse y empezó a moverse lentamente para no despertarla, hasta que no pudo evitar querer ir más rápido y brusco. Lyris frunció el ceño levemente al sentir como la empujaban y sacudían junto con un constante hormigueo en su zona baja.

Adormilada, la mujer soltó un fuerte gemido y miró borrosamente al hombre encima suyo el cual la estaba embistiendo mientras jugueteaba con sus pezones. Lyris despertó aturdida sintiendo las olas de placer recorrer todo su cuerpo y concentrarse en su abdomen bajo.

—¿L-Law? —gimió la chica y se dio cuenta de la situación, así que lentamente pasó sus brazos por el cuello del hombre y lo acercó a su boca para besarlo, acallando un gemido en los labios del hombre el cual aprovechó para invadir su boca.

—Buenos días, mi ángel —murmuró roncamente el hombre.

—B-buenos d-di... ¡díÁas! —gimió fuertemente la albina sintiendo como el nudo en su abdomen se rompía y sentía como se liberaba, Law siguió embistiendo con estocadas un poco erráticas y fuertes hasta que lentamente se fue separando, pero la mujer le atrajo a si misma y lo atrapó con sus piernas y brazos— D-dentro... c-córrete dentro —gimió la mujer en el oído del hombre.

—¿Segura? —preguntó el hombre entrecortadamente.

—N-no me importaría t-tener a tu hijo —rio levemente la chica y él sonrió conmovido antes de liberarse en el interior de la chica.

—Y yo quiero que seas la madre de mis hijos —habló el hombre ocultando su rostro en el cuello de la chica.

—¡Mmm! —gimió la chica levemente.

—¿Segunda ronda? —preguntó juguetón el hombre dando leves empujones, no había sacado su miembro del interior de la chica y había despertado nuevamente.

—Bueno, pero no más porque tenemos que desayunar y no creo soportar una tercera —gimió la chica tapándose el rostro con una almohada.

—Estoy seguro que podrías con una tercera, pero si ese es tu deseo —habló el hombre y la volteó, dejándola apoyada en sus extremidades—. Lo cumpliré —habló un poco más alto al embestir fuertemente a la mujer que soltó un sonoro gemido mientras enterraba su rostro en las almohadas.

Law sonrió mientras miraba la televisión con su cabeza apoyada en el hombro de la albina la cual estaba comiendo un tazón con cereal mientras esperaban que llegara su pedido, habían pedido dulces para el desayuno ya que a ella se les atojaron y en el almuerzo también pedirían algo más.

—Law, ¿Qué les pasó a Shachi, Penguin y Bepo? —preguntó la chica curiosa.

—Ah, ellos están en la base —habló despreocupadamente el hombre.

—¿Base?

—Puede que cuando te fueses hubieran ocurrido ciertos hechos que... nos hicieron... criminales —habló el azabache haciendo una mueca—. Con el tiempo formamos "la banda de Hearth" y ahora ellos están viviendo en el bajo mundo.

—¿Y tú? —preguntó curiosa.

—Me inscribí en la universidad Reverse Mountain para disimular y que no me investigaran junto con ellos, hice parecer que era un estudiante universitario más y ya, luego te encontré y no me separé de ti, los chicos ya saben que estás aquí, pero si salieran sin cuidado para ir a nuestra universidad podrían ser descubiertos por la policía y haber un enfrentamiento o podrían involucrarte, así que simplemente me llaman para saber como estás.

—Ya veo.

—Es más fácil para mi llevarte allá que ellos vengan para acá —habló despreocupadamente el azabache y finalmente decidió que acostarse sería una buena idea y apoyó su cabeza en los muslos de la chica mientras estiraba su cuerpo a lo largo del sofá.

—¿Me llevarías a verlos? Los extraño, quiero saber como están ellos.

—Bien, podría ser mañana en la noche si tienes prisa por verlos, pero en general están bien. Bepo creció hasta medir más de dos metros, Shachi y Penguin tienen pésima suerte en el amor y se manejan bien.

—Genial, me alegro saber que están bien y que te siguen apoyando —sonrió la albina y acarició los cabellos del hombre al cual sonrió a gusto por los mimos, o al menos eso hasta que tocaron la puerta y a regañadientes fue a abrir la puerta ya que a la albina le costaba caminar por todo el "ejercicio intenso" que tuvieron.

¡Final de esta historia! Todo ya ha terminado, ¿Les gustó esta historia? ¿Cómo se desarrolló todo?