Ellos y un piano: Pabliriam

Capítulo 18: A la mañana siguiente

Muchísimas gracias por todas vuestras estrellitas y comentarios, me hace muy feliz leeros y saber que os está gustando el fanfiction. Y perdón por la tardanza de 2 semanas. A disfrutar!

Abrió los ojos con dificultad, le dolía la cabeza un huevo, miró a la persona que estaba a su lado, su cabello rizado estaba esparcido en la cama. Sonrió y se acercó para olerlo, pero eso hizo que su mente se despejara lo suficiente para saber que no debía estar allí. Con extremo cuidado se levantó de la cama para no despertarla, se puso lo pantalones y con sumo cuidado salió de la habitación. Estaba claro que necesitaban hablar, pero primero necesitaba volver a ser una persona.

Justo acaba de cerrar la puerta de la habitación que compartía con su hermano después de entrar, cuando alguien salió de su dormitorio hasta la puerta del dormitorio de su hermana.

El sonido constante de alguien golpeando la puerta hizo que despertara con dificultad, sentía que la cabeza le iba a estallar.

-Miri ¿podemos hablar?

La voz de Efrén sonó como una taladradora en la cabeza de Miriam.

Le costó centrarse y recordar donde estaba. De forma inconsciente movió su mano buscando sin saber el qué o a quién.

No recordaba cómo había llegado hasta la cama, un recuerdo de la noche anterior vino a su mente, pero no pudo darle muchas vueltas ya que Efrén insistió golpeando la puerta y llamándola.

Llevaba el pijama de tirantes y pantalones cortos que había llevado, pero no recordaba cuando se lo había puesto la noche anterior.

Finalmente le dio permiso para pasar mientras se acomodaba en la cama.

-Hola-sonrió Efrén entrando y sentándose al lado de su hermana. -Estás resacosa ¿eh? Te he traído una pastilla de las que llevo en la mochila y un botellín.

Miriam aceptó las cosas y después de tomárselo todo, se tapó la cara con las manos. Efrén se había acercado a la ventana y subido la persiana. Luego volvió a sentarse a su lado en la cama.

-Anoche parecía que se iba a acabar el alcohol en el mundo. -sonrió mordaz.

- ¿Has venido a reírte de mí? Me duele muchísimo la cabeza para aguantar tonterías. -gruñó Miriam sin quitarse las manos de la cara.

-No, en realidad, venía a pedirte perdón. -susurró Efrén consciente del dolor de cabeza de su hermana.

Eso hizo que Miriam levantara la cabeza y mirara por fin a su hermano.

-¿Enserio?

-¿Te sorprende que quiera pedirle perdón a mi hermana favorita por haber sido un troglodita ayer con ella?

-Soy tu única hermana, normal que sea tu favorita no tienes donde elegir. -refunfuñó.

-No vas a ponerme la cosa fácil ¿no?

Miriam sonrió negando con la cabeza, haciendo reír a ambos, y provocando que Miriam tuviera que llevarse las manos a la cabeza. 

-¿Volvisteis muy tarde no?

El cerebro de la gallega empezó a trabajar intentando recordar con mucho esfuerzo lo que había pasado la noche anterior. Y cuanto más recordaba, más nerviosa se ponía.

-En otra circunstancia te diría que podíamos aplazar la grabación para que descansarais, porque supongo que Pablo y Luis que volvieron tan tarde contigo estarán igual. Pero cómo ya dijiste anoche eres mayorcita para atenerte a las consecuencias. -sonrió y dándole una suave palmadita en la espalda a su hermana se puso en pie.

Miriam no supo que decir, escenas estaban viviendo a su mente poco a poco y ninguna era para contársela a su hermano, al igual que no le iba contradecir sobre con quién regreso la noche anterior. Su cabeza era un caos en esos momentos.

-Estás disfrutando, viéndome así ¿verdad?

Efrén se encogió de hombros con una sonrisa que a Miriam le pareció insufrible.

-Anda y lávate esa cara de mapache, hoy tienes muchas cosas que hacer. -dijo antes de salir por la puerta.

Miriam se dejó caer en la cama cuando se quedó de nuevo sola, llevándose las manos a la cara. No podía creer lo que había pasado la noche anterior.

Mientras en otra habitación de ese pasillo Pablo salía de la ducha cuando Luis entraba en el dormitorio que compartían juntos.

Luis pasó por su lado sin decirle nada, cogió un par de cosas de su mesita de noche e iba dispuesto a salir de nuevo de la habitación, pero Pablo le impidió el paso.

-¿Buenos días?

-Serán para ti, ¿dónde has dormido?

Pablo iba a hablar, pero Luis lo interrumpió.

-Ni se te ocurra verme la cara de idiota. -gruñó. - ¿Dónde has pasado la noche?

-En la habitación de Miriam. -suspiró llevándose una mano a la cabeza, se había tomado un paracetamol, pero ahora estaba empezando a hacerle efecto.

-Eres un gilipollas. -declaró intentando esquivarlo para salir a la habitación.

-No ha pasado nada entre nosotros. -pero ni él mismo se creyó a si mismo, su mente estaba muy confusa.

Luis no dijo nada más simplemente pasó por al lado de su hermano y salió de la habitación, Pablo iba a seguirlo, pero antes tenía que vestirse.

Miriam estaba en la cocina desayunando con su hermano y Luis cuando Pablo entró 15 minutos más tarde. Al encontrar la mirada de Miriam ambos la desviaron nerviosos, y él fue derecho hacia la cafetera.

-Espero que no estéis muy resacosos para lo que se viene hoy. -Antonio entró en su cocina alegre. -Vaya juerga os corristeis anoche ¿no?

Antonio que se había levantado mucho más temprano había salido a caminar con Jan y sus perros, y ahora acaba de regresar.

Nadie dijo nada.

-¡Uy que mal estáis! ¿no? -sin borrar la sonrisa empezó a servirse un café.-Espero que aunque fuerais lo últimos en regresar, según me ha contado Luis, la resaca no os joda la grabación-rio señalando a Pablo y Miriam.

Antonio no se imaginaba ni la mitad. Efrén que hasta ahora había estado mirando con una sonrisilla de superioridad a su hermana desde que había estado en su cuarto, cambió completamente el semblante al escuchar a Antonio. Ahora sentía la necesidad de hablar con su hermana con urgencia, no estaba nada contento. Luis por otro lado tampoco. Y luego estaban Pablo y Miriam que se acordaban de la mitad de la noche anterior y lo que empezaban a recordar... Los cuatro cansados y resacosos.

-Creo que voy a tomarme el café en la terraza. -Pablo salió de allí no sin antes darle una palmadita en el brazo a Orozco al pasar.

Puede que ahora me odiéis un poquito por no contaros que pasó exactamente esa noche pero no queráis matarme aún, pronto lo sabréis ...hasta el próximo capi. GRACIAS