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Hace días había algo que molestaba al mayor, Louis podía sentirlo gracias a su conexión, pero cada vez que preguntaba al respecto el alfa solo cambiaba de tema. Después de varios días de insistencia Harry le dice que olvido algo importante en la cabaña donde solía vivir, por supuesto era una mentira, el omega lo sabía, el estar enlazados era el mejor detector de mentiras que podía existir. Pese a eso lo apoyo, si el mayor necesitaba salir unos días sin que él se entrometiera lo dejaría, confiaba en él.

Harry no quería ocultarle nada al menor, pero no quería preocuparlo, prefería arreglar el asunto solo, se había prometido siempre cuidar de su omega y el viaje que necesitaba hacer era peligroso para su pareja. No había mentido del todo cuando dijo que había algo en la cabaña, sus padres le mandaban una carta una vez al año y ese día estaba pronto a llegar, por lo que debía volver para recibirla.

Louis acompañó al mayor hasta el límite de la ciudad, Harry seguiría solo a partir de ahí. El viaje seria rápido, no debería durar más de un día o dos, en su forma de lobo era veloz y conocía bien la montaña. Además al alfa no le gustaba la idea de dejar a su amada pareja, por lo que iría lo más rápido que pudiera.

Cuando llego a su vieja cabaña noto que la carta ya estaba ahí, la habían tirado debajo de la puerta, en el sobre estaba dibujado el signo de su manada, el que la distinguía de las demás. Rasgo el sobre para poder ver el contenido de esta, lo que temía estaba escrito ahí.

Mientras el mayor viajaba, su pareja lo esperaba ansioso, sabía que estaba exagerando, el alfa se había ido hace menos de un día, pero su hogar se sentía vacío sin él. Podía sentir a Harry preocupado, lo que lo hacía sentir más intranquilo con su ausencia. Para distraerse decidió ver televisión, lo ayudo bastante, hasta que en el noticiero local comentaron sobre una tormenta de nieve en las montañas cercanas, por lo que los centros de esquí y otras actividades cercanas a ellas debían detener sus funciones. Esperaba que Harry no fuera atrapado por la tormenta, podía ser peligroso incluso para un lobo, además el conocía a su pareja, él buscaría la forma de regresar rápido a su lado pese a que fuera arriesgado.

Si tan solo Harry hubiera aceptado usar un celular como una persona de este siglo lo hubiera llamado para poder alejar los malos pensamientos de su cabeza, pero el lobo era testarudo, no aceptaba la tecnología. Trato de sentir lo que el mayor sentía a través de su vínculo, pero solo podía sentir preocupación de su parte, esperaba que estuviera bien.

Se quedó dormido enfrente del televisor, despertó porque alguien acariciaba su cabeza. Harry estaba sentado cerca de él admirándolo, pasaba sus dedos suavemente por la cabellera del omega.

- Hola cachorro.

- Harry- La abrazo fuertemente- ¿Estas bien? ¿No te paso nada?

- Estoy bien.

- Escuche sobre una tormenta y me preocupe.

- Venia una tormenta, lo sentí en el clima así que baje la montaña antes de que eso pasara.

- Que bueno- Lo apretó más contra su cuerpo- ¿Qué era lo que te preocupaba entonces?

- Te mentí sobre el propósito de mi viaje.

- Lo sé, no soy un idiota, gracias a nuestro vinculo no puedes mentirme- Rio el omega- ¿Qué necesitabas hacer?

- Necesitaba recoger una carta.

- ¿Llega el correo hasta allá?- Bromeo el menor.

- Una carta de mis padres.

- ¿Es algo serio?

- Un poco, mis padres quieren que vuelva a la manada.

- ¿Tú quieres volver?

- No, mi hogar está aquí contigo.

- ¿Por qué quieren que vuelvas?

- Por una promesa. Hace cinco años deje la manada, sentía que había algo fuera de ahí, mi lobo me pedía irme. Cuando le dije a mis padres ellos se negaron rotundamente, me dijeron que nadie en siglos había dejado la manada y yo no sería el primero. Trataron de convencerme para que me quedara hablándome sobre los peligros de salir, sobre en lo terrible que se había transformado el mundo, incluso amenazaron con apresarme, todo porque si me iba podía poner en peligro a la manada. Pero yo quería irme, necesitaba saber que era lo que había afuera para mí. Al ver mi determinación por salir mis padres me dieron un tiempo límite, me dieron cinco años para buscar aquella cosa, pero si dentro de ese tiempo no lo encontraba debía volver y olvidarlo todo, si lo encontraba debía volver con esa cosa para justificar mi ausencia. Así que me fui, mi lobo me dijo donde debía ir, le dije a mis padres antes de irme donde estaría. Cada año me llegaba una carta a la cabaña en la misma fecha en que me fui para recordarme mi promesa y el tiempo que había pasado. Hace un día se cumplió el plazo que me dieron, por lo que debería volver y decirles mi decisión a mis padres.

- ¿Encontraste eso que buscabas?-

- Sí- Harry toma la mano de su pareja- Te encontré a ti.

- ¿Yo? ¿estás seguro?

- Lo estoy, mi lobo también lo está, eres mi pareja destinada Louis. Por eso no puedo volver, no puedo llevarte ahí, es peligroso.

- Debes cumplir tu promesa, debemos ir.

- La manada no es un lugar apto para un humano, el clima es gélido, mucho peor que en la cabaña. Me gustaría llevarte y cumplir mi promesa, pero no te expondré a eso.

- Harry necesitas cumplir con tu promesa, vamos a comprar ropa adecuada y voy a estar bien, sé que me cuidaras. Incluso puedo practicar en el frio, puedo meterme al refrigerador o algo así- El comentario saco una gran carcajada del mayor- Vamos a estar bien, porque estamos juntos.

- Eres un cachorro increíble, el destino no se equivocó en juntarnos.

- Claro que no se equivocó, somos la pareja perfecta, el dúo dinámico.

- Eres todo un bromista- Volvió a reír el alfa- Ven aquí- Extendió sus brazos, Louis se acerca y se abrazan- Iremos y le diré a mis padres que ahora mi hogar eres tú. 

Lobo de la nieve (Larry Stylinson)Where stories live. Discover now