«En un universo paralelo»

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Capítulo dedicado a jesramigle gracias por estar ahí en cada capítulo y llenarme cada párrafo de un comentario. 💚

«Un un universo paralelo»

(Canciones: Happiest years de Jaymes Young y Speechless de Dan + Shay)

[Canción extra: Heaven's Not Too Far de We Three]

ENZO

Parpadeo un par de veces, intentándome acostumbrar a la luz de la habitación. Escucho voces a mi alrededor, pero todavía no estoy lo suficiente centrado para entenderlas. Estiro los brazos sobre la cama, sintiendo las agujas clavadas en la piel de mi antebrazo. Como he odiado siempre los cachivaches estos y ahora llevaba semanas enchufados a ellos. Si no fuese por ella, me los hubiera arrancado hace mucho tiempo. Preferiría mil veces morir en el momento que me tocase... pero no puedo. No sería capaz de hacerle eso. Yo estoy listo para marcharme. Sin embargo, todavía no lo estoy para irme de su lado.

Capto movimiento a mi derecha. Giro ligeramente la cabeza encontrándome a Inma hablando con una enfermera, creo que se llamaba Ángela. No despego mis ojos de ella. Ni siquiera me molesto en advertirles de que estoy despierto, prefiero aprovechar que está distraída para grabarme en la memoria cada uno de sus rasgos. Tiene su pelo rubio ceniza recogido en un moño desenfadado del que se escapan varios mechones ondulados. Sus mejillas están levemente sonrojadas y le muestra una pequeña sonrisa a la enfermera, aunque esta no le llega a los ojos. Lo sé, la conozco. Pero creo que lo que más me gusta es que esté vestida con una de mis sudaderas, aunque, en realidad, siempre preferiría que no llevase nada.

La enfermera se marcha de la habitación e Inma se gira por completo en mi dirección. Tiene los ojos brillosos. Vuelve a sonreír débilmente, pero como antes, la sonrisa no le llega a su mirada.

—¿Qué tal has dormido? —pregunta con dulzura, acercándose a la cama.

Estiro mi brazo en su dirección, sin responderle todavía. Entrelazo mi mano con la suya y la obligo a acortar la poca distancia que había.

—Si durmieses a mi lado seguro que mejor —digo sonriendo.

Me hago a un lado de la cama, dejando un hueco para ella. Tiro una vez más de Inma en dirección a la cama. Levanto la sábana blanca de hospital y espero a que ella capte la indirecta. Eleva una de sus cejas y yo solo sé sonreírle en respuesta. Escucho sus zapatos cayendo contra el suelo. Se arrastra por la cama hasta acabar al lado de mí, pero no demasiado cerca. Sin que tenga que decir nada sé que tiene miedo de que pueda hacerme daño de alguna forma, pero, en realidad, lo que más me duele es la precaución que tiene a mi alrededor.

No quiero que sienta miedo al estar cerca de mí. Simplemente quiero que esté cerca y que el resto dé absolutamente igual.

Alza su cabeza y me besa mi mejilla. Apoya su cabeza en mi hombro mientras que yo rodeo con mi brazo los suyos. Apoyo mi mentón encima de su cabeza y suspiro. Siento sus dedos acariciándome la nuca. Yo, por otro lado, peino su pelo, distraído. Vuelvo a entrelazar mi mano libre con la suya.

Luego desenlazo nuestras manos y recorro con mis dedos los suyos. Tengo mi vista clavada en esa parte de nuestros cuerpos como si fuese lo más extraordinario del mundo. Porque, de alguna manera, lo es. La había echado de menos. Había extrañado eso de oler su pelo a vainilla, de notar como su cuerpo se tensaba y relajaba al estar cerca de mí y sentir su corazón latiendo a toda velocidad cuando estábamos así de juntos.

El sonido de la televisión es música de fondo en el silencio ensordecedor que nos rodea. Nosotros siempre fuimos de ese tipo de silencios. Esos que sin decir nada parecía que lo decían absolutamente todo. Entre nosotros siempre dijo más una mirada que mil palabras y, después de tanto tiempo, esa forma de comunicarnos perduraba.

Tres amores y medio | 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora