Capítulo Seis

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(Canción: Crazy de Gnarls Barkley)

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Desde el miércoles que fue cuando vi a Enzo en el cine no me he vuelto a cruzar con él. ¿Recordáis que estuve una semana entera haciendo todo lo posible para no verlo? Bueno, pues se ve que las cosas han cambiado porque ahora parece ser él quien me está evitando. O esa es la sensación que tengo. Cuando estamos en la cafetería, Iván dice que mira hacia nuestra mesa, pero cuando yo me voy a fijar Enzo está ocupado con otra cosa y lo último que hace es mirar hacia nosotros. Además, si quiere hablar con Hugo lo hace entre clases o se espera a que nos levantemos todos —o yo— de la mesa para acercarse. Y no sé por qué, pero me irrita. Mucho. Y sin sentido alguno.

Como últimamente me voy yo antes que el resto porque quedo con Teo en la biblioteca para continuar con nuestro proyecto, ahora es Iván quién se sienta en medio de Hugo y yo.

Repiqueteo de nuevo con los dedos en el vaso de plástico esperando a que se enfríe el café. Iván hoy no ha venido porque tiene un examen en la próxima hora y ha preferido pasarse la mañana estudiando así que solo estamos Lara, Miri, Hugo y yo. Aunque las dos primeras están en su pequeña burbuja, como siempre.

—¿Crees que Teo querrá venir al bar? —me pregunta Hugo.

Levanto la vista de la mesa manchada de la cafetería para centrarla en mi amigo rubio.

—Le puedo preguntar después, así conoce a Mar también.

—Mmh.

—¿Algún problema con que conozca a Mar? —cuestiono, pegándome a mi amigo.

—¿Yo? Ninguno.

—Yaaa.

—¿Cómo que yaaa? Es verdad.

—Vale, vale.

—La única que tiene tendencia a mentir eres tú.

Lo miro indignada. Él me guiña un ojo divertido y yo le golpeo el hombro amistosamente. Hugo suelta un quejido lastimero de lo más exagerado.

Al nombrar a mi hermana, Lara aparta su mirada de Miri y la centra en nosotros. Apoya los codos en la mesa y ahueca su rostro.

—¿Qué tal está tu hermanita? ¿Te ha regañado mucho?

—Pues sí. Pero no sé por qué se sorprende si ya te encargas tú de informarle de todo.

—Y ella me informa a mí. Es beneficioso para ambas.

—¿No es más fácil preguntarle a Inma directamente? —pregunta Miri.

Ayer mientras yo estaba en el cine, Lara y Miri hicieron una pequeña visita a la peluquería de Mar y ahora la novia de mi amiga ha dejado de tener el pelo azul para tener un cabello morado que le quedaría mal a todo el mundo menos a ella.

«Por Miri dejaría mi heterosexualidad a un lado».

—Gracias, Miri. La única coherente de este grupo. —Le sonrío agradecida a la chica de morado.

Lara rodea sus hombros y le planta un beso en la mejilla cuándo me sonríe.

—Solo te falta mearle encima —comenta Hugo antes de morder su bocadillo de tortilla.

—¿Mearle encima? —pregunta asqueada mi mejor amiga.

—Claro, para marcar territorio. Como los perros —sigue mi amigo rubio.

—Ay, Huguito, estás hablando con la reina de las perras —bromeo yo.

—¡Oye! —Lara me lanza un paquetito de azúcar a la cara. Se lo devuelvo.

Tres amores y medio | 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora