Hard Feelings (BTS y tú)

18. Favores

-Si quieres yo ya puedo decirte qué me gusta de ti- Dijo una voz detrás de mí.

Asustada, me di la vuelta para encontrarme a jimin, quien estaba relajadamente sentado en un sillón de cuero negro. Toda la habitación era oscura con tonos grisáceos.

-Lo siento no sabía que estarías aquí- Dije sobresaltada.

-Qué haces aquí- Dijo mirándome de arriba abajo un par de veces.

Al momento, escuché como Jungkook abrió la puerta de su gimnasio.
Me sobresalté al escucharlo golpear la puerta, ya que yo estaba dejada caer en ella.

-Jimin puedo pasar? - Preguntó Jeon desde el otro lado de la puerta.

Yo le dije a Jimin que no con la mano, realmente no sé por que lo hice, porque no había nada malo de estar aquí, pero los nervios me controlaban en este instante.
El me miró desconcertado.

-Eeh sí un momento- Dijo Jimin mientras me hacia señales para que me pusiera al otro lado de la puerta, ya que cuando la abriera, esta me taparía y no me vería.

-Adelante- Dijo.

Al ver como se abrió la puerta no pude evitar contener la respiración.

-Jimin, me has llamado?- Dijo con extrañeza en su voz.

-No por qué? - Dijo intentando parecer sorprendido.

-Nada, cosas mías- Dijo despreocupado.
-Luego vengo para avisarte para irnos vale?-

-Claro- Respondió el rubio sonriendo.

Al cerrar la puerta noté como la tensión abandonó mi cuerpo.
Jimin me miraba expectante.

-Joder- Suspiré aliviada.
-Muchas gracias- Dije dejando mi cabeza caer sobre la grisácea pared.

-Por qué no querías que te viera? - Dijo riendo, parecía estar divirtiéndose con la situación.

-No puedo decírtelo, lo siento- Dije con vergüenza.

-Qué haces aquí? - repitió, posando su codo en la gran mesa que tenía delante de él

-eeh estaba viendo la casa- Dije recordando a Jungkook sin camiseta.
Jimin llevó su pulgar a sus labios, pareciendo pensativo.

-Y cómo has llegado hasta aquí abajo?- Dijo Jimin levantándose y dirigiéndose hacia mí.

Sus pasos eran lentos pero firmes, parecía muy seguro de sí mismo.
Aunque no estaba muy cerca de mí aún, me eché un poco hacia atrás, pegándome un poco a la pared

-No sé, vi las escaleras y bajé- Dije mirando con atención cada movimiento que Jimin hacía, su plena seguridad me hacía sentir indefensa a su lado.

Cuando llegó delante de mí, me miró atentamente.

-Estás roja- Dijo tocándome la mejilla con el dorso de su mano, notando así el frío oro de sus anillos.

-N-no no te preocupes no me pasa nada- Dije cogiendo su mano delicadamente para apartarla un poco de mi, no quería ser muy grosera.

Jimin no dijo nada, solo siguió mirándome, notaba como sus ojos repasaban todo mi cuerpo, no sabía descifrar que es lo que estaría pensando, pero estaba bastante serio.
Cuando noté que se acercó un poco más a mí, reaccioné.

-Bueno- Dije separándome rápidamente, poniéndome en frente de la puerta decidida a salir de la incómoda escena.
-Muchas gracias de verdad, luego nos vemos- Dije girando el frío pomo, cuando vi por encima de mi hombro como puso su mano bruscamente sobre la puerta, impidiendo que la abriera.