4.Pinzas

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Fueron pasando los meses, y el frío invierno se fué desvaneciendo para dejar paso a la cálida primavera.

Como cualquier mañana, me dirigía a la casa de Kookie para recogerlo e ir a la escuela, al pararme en frente de la puerta, antes de llamar, pude ver que la maceta que tenía al lado de la puerta principal ya no estaba.

Desde que la madre de Jungkook no está... Está más cambiada la casa, sobre todo él. Siempre era costumbre que al ir de camino al colegio, me diera un diente de león, que cogía de un jardín trasero de alguno de nuestros vecinos, sus bromas, todo.

Al llamar a la puerta tardaron unos segundos en contestar, miré mi reloj.

"Llegaremos tarde" pensé, había decidido reprimir ese tipo de comentarios que crispaban a Jungkook, es lo que menos necesitaba ahora.

Al abrirse la puerta, apareció un Jungkook despeinado y con unas pequeñas ojeras que cubrían sus ojos, debido a que se habría acabado de levantar (por lo que deduje), los tenía más cerrados que de costumbre.

Al sentarse en el escalón del vestíbulo, comenzó a atarse los cordones de sus ya desgastados zapatos. Mientras lo hacía, se peinaba de vez en cuando torpemente con su mano derecha. Cuando acabó de arreglarse se levantó y al mirarme me sonrió un poco, yo le devolví la sonrisa.

Después de estar un par de minutos más esperando, salimos de camino a la escuela, pero esta vez decidimos atajar por un muy pequeño bosque que había cerca de la escuela.

-Cómo estás Kookie? - le pregunté mientras le peiné delicadamente un par de mechones que sin duda llamaban mucho la atención.

-Podría estar mejor- Dijo mirando a los árboles.

Solo se escuchaban los suaves crujidos de las hojas secas que aún quedaban en el suelo, no era un silencio incómodo, pero tampoco uno agradable.

-Siento que tengas que pasar por todo esto Jungkook- dije mirándolo. - Pero ya sabes que aquí me tienes para todo!! - Dije contenta mientras cogía su mano izquierda. Él ante esto, sonrió sin mirarme y me apretó con delicadeza la mano.

-Lo sé - Dijo revolviéndome un poco el pelo, moviéndome un par de pinzas que me había cogido hoy mi madre.

-Oye mi pelo!... - me quejé divertida mientras me colocaba las pinzas, él solo sonrió.
-Irás hoy a verla?- Le pregunté después de unos segundos.

-Claro, me llevará mi padre a las tres y media de la tarde- Dijo. - Dice que el hospital está demasiado lejos como para que vaya andando, soy demasiado pequeño- Dijo haciendo énfasis en pequeño.

-Hoy no podré ir a ver a tu madre, pero mañana iremos juntos!! - Dije apretando su pequeña mano que aún descansaba sobre la mía.

-Claro que sí - Concluyó.
Y sin darnos cuenta, comenzamos a escuchar la campana que marcaba el comienzo de las clases a unos metros de nosotros. Antes de entrar, miré hacia abajo y algo llamó mi atención.

En el solitario suelo se encontraba un pequeño diente de león, amarillo por las puntas y naranja por el centro, lo recogí y volví a mirar hacia el frente, Jungkook iba más adelantado que yo, al alcanzarlo lo agarré del hombro y él se dio la vuelta.
Le extendí la flor, Jeon entendiendo el significado entre esta y nosotros, la cogió con gran delicadeza sonriendo.

-No la perderé nunca- Dijo mientras ponía la flor en un pequeño tarro de cristal con agujeros.

¿Por qué lleva un tarro así?
A Jungkook le encanta cuidar a pequeños animales heridos que se iba encontrando.
Una vez recogió a un pequeño gorrión con el ala rota y se lo llevó a casa, después de varios días ya podía volar, y lo soltó.
"Los pájaros tienen la suerte de poder atravesar el cielo con sus propias alas, es una pena que estén toda su vida encerrados en una jaula" Decía.
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-¿Cómo está Hanne?- Pregunté a mi madre. El olor a tallarines inundaba toda la casa.

-Em bueno cielo, va mejorando poco a poco- Dijo mientras doraba las verduras a fuego lento.

Al poco tiempo de la sospechosa llamada, descubrí que fue Seong. El padre de Jungkook llamó a mi madre para asegurarse de que Jeon no volviera a casa por cualquier circunstancia, ya que la madre esa noche sufrió un ataque (de algo que no sé) y tuvo que venir un médico de urgencia a su casa.
Y aunque ya sabía casi todo, no me querían decir que le ocurría a Hanne.

-Mamá ¿Cuándo me dirás que le pasa a la madre de JungK... -

-Pásame la salsa de soja cielo- Dijo mi madre rápida.

-.... Vale... - dije dirigiéndome a la nevera a regañadientes. Cuando la conseguí, se la dejé al lado con el tapón quitado.

-Gracias guapa- dijo mientras vertía la salsa en la sartén.

-Entonces... - comencé de nuevo, pero el timbre me cortó.
- Ya voy yo- dije rodando los ojos, cansada de no poder terminar esa pregunta que parecía imposible.

-Jungkook por fin!!!- Dije alegre al verlo ahí parado detrás de la puerta.

-Hola enana- dijo al pasar por mi lado y revolverme el pelo.... De nuevo.

-MIS PINZAS!! - Dije exasperada, era la cuarta vez que me las tendría que arreglar, vencida, decidí dejarlas en la pequeña mesa de nogal oscuro en la que había una foto mía y de mi madre. Jeon a cambio, rio un poco y  tiró su pequeña mochila al suelo dirigiéndose a la cocina.

-buah tallarines, mis favoritos- Dijo impresionado mientras miraba dificultosamente la comida debido a su altura.

Después de terminar de cenar y ver un poco la tele en el salón, Kookie dijo de subir a mi cuarto a jugar.
Después de estar varias horas construyendo una tienda improvisada, nos metimos dentro y con un par de linternas, nos pusimos a hablar a oscuras, listos para dormir.

-¿Crees que se pondrá bien ___?- Me preguntó mientras movía levemente su linterna hacia los lados.

-Claro que si Jungkook- Dije animándolo.

-Hoy la he visto más rara- Dijo desconcertado.

-¿Por qué?- Le pregunté.

-Pues no sé.... Una vez me regaló una camiseta que le encantaba y a mi no mucho, pero me la puse hoy por ella, y ni se ha dado cuenta- Dijo apenado.

-¿Cómo que no la ha reconocido?- Pregunté.

-Pues que no lo hizo, incluso le dije que es la que me regalo por mi 8 cumpleaños, y ni se acuerda- Dijo apagando y encendiendo la linterna.

Entonces  apagué mi linterna y me volví hacia él.

-¿Estaba tu padre delante?- Pregunté.

-Mmm no, estaba en el servicio ¿por qué? - preguntó

Al contarme esto, me acordé de aquella noche en la casa de Jungkook, en la que Hanne no recordaba dónde se encontraba el baño.
No creo que fuera buena idea contarle nada en estas circunstancias, ya tiene suficiente...

-Nada kookie- Dije mientras miraba como movía su linterna hacia los lados.
- Estaría cansada, no hay nada de que preocuparse- Dije tratando de que así se sintiera mejor.

-Lo más seguro- respondió Jeon.
-Tengo ganas de que vuelva a casa- Dijo frunciendo sus labios.

-Te comprendo - Dije tapándolo con algunas mantas.
-Echo de menos sus galletas- Dije bromeando.

Jungkook rio levemente y me golpeo con una almohada.
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Espero que todos os encontréis felices y llenos de salud!!! 💗💗💗

Fightinggg✨🌺🌸🌈💕💜✨🌺

~eth.🌈

Hard Feelings (BTS y tú)Kde žijí příběhy. Začni objevovat