Los Secretos De La Familia Fox- EDITANDO

CAPITULO IV- "Atracción"

Atracción

Allison

En el comedor los Fox se quisieron volver a sentar con nosotros y por supuesto ninguno de mis amigos, incluido mi novio no puso oposición, ya que quería subir su popularidad y ser amigos de los perfectos Fox proporcionaba dejarlo a otro nivel. Oliv y Micaela no se oponían porque estaban embobados con cada mellizo y yo no quería arruinarles la felicidad a ellos. Y casi olvidó a Abril. Ella parecía no poder decirse a cuál de los cuatro hermanos Fox quería quedarse embobada viendo, así que los miraba un rato a cada uno. Además, también era una oportunidad para yo misma observarlos. Aparte de ser muy bien parecidos, era muy similares en rasgos. Su diferencia aplicaba en el color de su pelo y ojos, en el resto eran iguales.

Desde lejos se notaba que eran d dinero, de por sí ya asistían a este instituto. Pero como decía mi abuela, muchas personas pueden poseer dinero, pero muy pocos poseían clase. Mis ojos seguían sus movimientos y los analizaban: los modales de cada uno, su buen aspecto y su amplió vocabulario. Tenían clase. Como eran de esperarse al ser hijos de un éxito abogado. Según mi investigación, los cuatro eran hijos biológicos del abogado Joseph Fox.

— ¡Fue su maldita culpa, Joseph!

Si. Ese Joseph.

Anoche cuando encontré unas fotos de los cinco juntos me quedé mirando la pantalla por horas. Pensando, recordando, reviviendo ese momento en un bucle que me hizo terminar bajo la ducha por horas luego de vaciar mi estómago en el retrete. Su padre estuvo ahí. Me salvo, pero acompañaba a ese monstruo. No sabía cómo debía reaccionar con ellos. En especial con ella, su presencia me ponía a temblar. Se parecía demasiado a él. Incluso dude que fuera su hija, pero no. Todos aparecían como hijos biológicos de ese hombre, e investigando un poco más, logre encontrarlo a él.

Cristián Fox, un joven doctor, soltero, sin hijos o familia, a excepción de su primo Joseph y sus sobrinos. Esto explicaban su gran parentesco, eran familia. Lo que si me hizo respirar con tranquilidad por primera vez en una década fue leer sobre su muerte. El joven doctor falleció hace seis años, en un vuelo fallido que terminó enterrado en fondo del océano. Mi mente se tardó en procesar aquello, había vivido diez años con temor a alguien que ya no existía.

La libertad se sentía extraña.

Seguí jugando con mi comida intentando no mirarla a ella, sus ojos me daban escalofríos. Así que me quedé muy concentrada en revolviendo mi almuerzo, tanto que no noté cuándo Micaela me hablaba, hasta que me dio un pellizco.

— ¡Ay!— Exclamé molesta. Estoy ya se estaba volviendo una mala maña de ella.

— Deja de revolver ese espagueti y dinos qué te dijo tu mamá sobre la fiesta de hoy— Pude ver en sus ojos negros algo de esperanza.

— Mmm si— Observe de reojo toda la mesa, Jackson aún no aparecía y quería que siguiera así.

— ¡Entonces hoy todos tendremos fiesta!

— No lo sé... ya no tengo ganas de festejar— Murmure. Desde anoche me sentía rara.

Micaela y todos me miraron como si acabara de atropellar a su abuela en su cumpleaños. 

—¡Cómo que no!

— Sería todo de último momento